Tú pagas, mi adoctrinamiento (la Junta)

Un cómic pagado por la Fundación Villalar retrotraía Castilla y León a la prehistoria.

Uno de los factores que identifica a los regímenes no democráticos es el adoctrinamiento. Aquellos que ya sumamos una serie de años recordamos como en las aulas teníamos una asignatura que se llamaba Formación del Espíritu Nacional (FEN) que buscaba trasladar a los alumnos los criterios del régimen de Franco. Pero esta forma de actuar también se daba en otros países con el Libro Rojo de Mao o el Mein Kampf de Hitler. En algunos países islámicos hay una 'policía de la moral' que vigila que todos y especialmente todas, deban cumplir su marco normativo.

La Junta de Castilla y León sigue financiando la Fundación de Castilla y León (antes Fundación Villalar) que tiene como propósito contribuir a asentar la propia Junta en base a fomentar una supuesta identidad de Castilla y León. En sintonía con esos objetivos vuelve a insistir en celebrar la Fiesta de Villalar en los territorios leoneses pese al rechazo social más que evidente y la nula aceptación. Aquí no hay una división social, no es que unos quieran esa celebración y otros la rechacen. No, aquí la división es entre una oficialidad que impone unos actos y una sociedad que los rechaza. 

Claro, hay que tener en cuenta que esa sociedad leonesa que rechaza esos actos es también la que los paga. Recordamos que esa Fundación cada año recibe más de un millón de euros del erario público y como ya lleva muchos años funcionando podemos decir que el importe total recibido supone varias decenas de millones de euros que ha pagado la ciudadanía. 

¿Capitalidad para Valladolid?

No deja de ser significativo lo que fue un pronunciamiento del Ayuntamiento de Valladolid cuando trataba este tema de la Fundación. Así textualmente decía: “El Ayuntamiento de Valladolid insta a la Junta de Castilla y León a modificar algunos aspectos que viene aplicando desde los inicios de la Comunidad y que no han servido para superar localismos ni provincianismo ni para fabricar sentimiento de pertenencia a la Comunidad…”. Con ese discurso los partidos políticos con representación en ese Ayuntamiento demandaban la capitalidad de la actual autonomía para Valladolid.

Me parce muy relevante esa declaración. Admite por un lado que se trata de “fabricar” lo que no existe ni ha existido desde la constitución de esta autonomía (el sentimiento de pertenencia a esa Comunidad). Que esa “fabricación de sentimiento de identidad” se sustenta con el dinero público. Son muchísimos recursos los que se destinan a “fabricar ese sentimiento”. Además, esa declaración constata que ese mucho dinero que se ha gastado no ha servido para cumplir sus objetivos. Es decir, ha sido un gasto inútil.

Un modelo político franquista

El que esa demanda de “fabricar sentimiento de Comunidad” se haga desde el Ayuntamiento de Valladolid indica muy claramente a quién beneficia esa acción. Todo lo que contribuya a aumentar “la producción de ese sentimiento” será bendecido por las arcas de la Junta con independencia de la veracidad o no de lo que se pueda decir. Si algo se aparta de “la línea de producción” entonces serán “localismos” y “provincianismos” a “superar”. Diría que muy en línea con el modelo político de la España franquista. 

Nótese que los que hablan de “fabricar sentimientos de identidad” son concejales de Valladolid. También son ellos los que nos dicen que se ha fracasado en ese intento. Bueno pues seguimos en lo mismo gastando el dinero en adoctrinar, en fabricar esos sentimientos que no existen. Claro lo que se gasta en una cosa no se gasta en otra y luego falta dinero para los parques de bomberos o para cubrir la atención sanitaria. Pero nada, tranquilos que hay fiesta de Villalar. 

Hay que tener en cuenta que esta Comunidad la forman dos regiones la Región Leonesa y la Región Castellana. Esto es algo que reconoce por ejemplo el partido socialista. Así los concejales socialistas en Valladolid en esa misma resolución afirman: “es erróneo, de partida, el hablar de Castilla y León como una única región”. Bueno pues si esto es así, habría que tener actos diferenciados por cada una de esas regiones con fechas distintas y sin que ello suponga ningún tipo de incremento en los presupuestos. Pero la política de la Junta no es esa y persigue año tras año el ahogar los sentimientos diferenciados de identidad de los leoneses y tratarnos como una especie de 'Castilla del Norte' frente a la del sur de Castilla La Mancha. 

Hay que distinguir entre “legalidad” y “legitimidad”. Las dictaduras pueden ser legales por cuanto cumplen sus normas, pero no por ello son legítimas. Cuando se trata de imponer los sentimientos a golpe de talonario público, los que lo hacen no pueden pretender que se les reconozca una legitimidad democrática. La imposición nunca lo es.

David Díez Llamas es sociólogo.

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