El oro de los enemigos: descubren en Escocia un tesoro de monedas de la época de las guerras con Inglaterra

Las fronteras nunca han sido solo líneas en un mapa, sino cicatrices de siglos de enfrentamientos. Entre Escocia e Inglaterra, la enemistad se forjó a fuego y hierro, con batallas que dejaron pueblos arrasados y alianzas rotas. En el siglo XV, cada moneda que cruzaba de un reino al otro llevaba consigo la sombra de un pacto o la amenaza de una traición.
El comercio no era solo un intercambio de bienes, sino un pulso constante por la supremacía. En este ajedrez de poder, hasta el más pequeño hallazgo arqueológico puede revelar secretos sobre cómo se movía la economía en tiempos de conflicto.
Oro, guerra y traición: el legado de una frontera en llamas
En un campo de los Borders escoceses, oculto bajo siglos de tierra y olvido, apareció un testimonio de esa rivalidad: un tesoro de 35 monedas de oro y plata enterrado en la época de Enrique V y Jacobo II. Las encargadas de encontrarlo fueron Keith Young y Lisa Stephenson, exploradoras aficionadas con detectores de metales.
Ambas fueron quienes dieron con la señal inusual que los llevó hasta las piezas, dispersas como si alguien las hubiera ocultado con prisa. Quizá quien las enterró lo hizo en medio de una retirada apresurada, temiendo que la guerra llegara hasta su puerta, como tantas veces había ocurrido en los Borders.

La Treasure Trove Unit y el Museo Nacional de Escocia confirmaron que se trataba de un hallazgo excepcional, un vestigio de la circulación monetaria en un periodo donde el enfrentamiento entre los dos reinos marcaba cada aspecto de la vida.
Los años en que estas monedas estuvieron en circulación no fueron tiempos de paz. Enrique V, que gobernó Inglaterra entre 1413 y 1422, centró sus esfuerzos en la Guerra de los Cien Años contra Francia, pero Escocia no se mantuvo al margen: envió tropas para apoyar a los franceses, lo que enfureció a los ingleses.
En 1421, soldados escoceses participaron en la Batalla de Baugé, donde derrotaron a las fuerzas de Enrique y mataron a su hermano, el duque de Clarence. Con cada batalla, la tensión entre ambos reinos aumentaba, y el oro y la plata cruzaban la frontera en un juego de alianzas que podía cambiar en cualquier momento.
Reyes enfrentados, monedas compartidas
Entre las piezas encontradas había groats de plata, acuñados en Inglaterra bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, y demys de oro escoceses de Jacobo I y Jacobo II. Su presencia en el mismo conjunto no era casualidad: demostraba cómo las divisas de ambos bandos se mezclaban en un comercio que desafiaba las hostilidades.
Mientras los ejércitos chocaban en el campo de batalla, en las calles y mercados las monedas inglesas y escocesas se intercambiaban con naturalidad, reflejando una interdependencia que ni la guerra podía romper del todo.
Mientras Eduardo IV luchaba por afianzar su reinado en Inglaterra en plena Guerra de las Dos Rosas, Jacobo II, rey de Escocia entre 1437 y 1460, intentaba expulsar cualquier influencia inglesa de su territorio. Su muerte en 1460, durante el asedio de Roxburgh, una fortaleza en manos inglesas, demostró que la lucha por la frontera estaba lejos de terminar.

El hallazgo, inicialmente compuesto por 30 piezas, cobró aún más relevancia cuando los arqueólogos descubrieron cinco adicionales tras una excavación más detallada. Su fecha de enterramiento sugiere que pertenecieron a alguien que vivió en los años más turbulentos del siglo XV.
Testigo de la rivalidad entre dos reinos
Lisa Stephenson describió el descubrimiento, destacando la importancia de haber trabajado junto con el Museo Nacional y el equipo de Treasure Trove. “El tesoro es el hallazgo de una vida y formar parte de la excavación con el equipo del Museo Nacional y Treasure Trove fue una experiencia increíble, algo que nunca olvidaremos”.
Keith Young, por su parte, expresó su esperanza de que las monedas puedan ser expuestas en un museo para que más personas puedan conocer su historia: “Lisa y yo hemos tenido la suerte de encontrar artefactos increíbles, pero nada nos preparó para algo así. Ojalá el tesoro pueda exhibirse para que otros lo disfruten”.

Antony Lee, de la Treasure Trove Unit, subrayó el valor arqueológico del hallazgo, señalando que aunque no era raro encontrar conjuntos de monedas escocesas e inglesas juntas, sí era inusual dar con uno de este periodo en Escocia. “Keith y Lisa actuaron de manera rápida y correcta al informarnos”, explicó, añadiendo que esto permitió a los arqueólogos documentar el contexto del hallazgo y rescatar las piezas adicionales.
Ahora, el tesoro pasará por el proceso de evaluación de la Scottish Archaeological Finds Allocation Panel (SAFAP), que determinará su valor y asignará una compensación a las descubridoras. Si algún museo quiere adquirir las monedas, deberá reunir los fondos necesarios para hacerse con ellas y garantizar su conservación.
Mientras tanto, cada moneda sigue contando una historia de conflicto y comercio, de guerra y supervivencia. Hoy, siglos después, sigue siendo testigo de una lucha que marcó la historia de Escocia.
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