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CV Opinión cintillo

Yo creo que ya está bien

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Sí, yo creo que ya está bien. Ya está bien de polarización. Ya está bien de odio. Ya está bien de confrontación etérea. Ya está bien de insultos. Ya está bien de amenazas. Ya está bien.

Hemos llegado a un punto que estamos viviendo un clima político y social completamente irrespirable, hasta el punto que sólo en estos últimos días hemos leído en los medios de comunicación valencianos que ha sido “Detenido un hombre en València por amenazar de muerte a Carlos Mazón en redes sociales”, que “Un diputado del PP incendia las Corts al llamar ”caniche de Gandia“ a Morant y ”ratonera de Valencia“ a Bernabé” o que fue “Suspendida la visita de Mazón a Castelló tras ser increpado al grito de ”cobarde“ y ”asesino“”.

¿Dónde queremos llegar? ¿Hasta qué punto vamos a ser capaces de soportar como sociedad sin que todo estalle en pedazos? Sinceramente, no sabría responder a estas preguntas, pero lo que sí que parece claro es que si no cambian las cosas, además de manera urgente, es posible que nos metamos en problemas graves como sociedad que tienen difícil solución.

Lo que sí que parece que está claro, aunque no se sabe si fue antes el huevo o la gallina, es que la responsabilidad de haber llegado a esta situación es una responsabilidad compartida: tanto la clase política, como los medios de comunicación, como la ciudadanía somos co-responsables del punto en el que estamos.

Y es ahora, llegados a este punto, que todas aquellas personas y entidades que queramos mejorar nuestra salud democrática y social, hemos de dar un paso enfrente para poder solucionar uno de los principales problemas que nos acechan como sociedad a día de hoy.

Por parte de los políticos

Tal y como señaló la vicepresidenta del Consell Susana Camarero este martes en rueda de prensa, los partidos políticos tienen que tener prudencia a la hora de atacar, por llamarlo de alguna manera, a sus rivales políticos y que “”No es admisible la situación política que estamos viviendo“. Pero estando completamente de acuerdo en estas declaraciones que realizó Camarero, considero que de nada sirve que ella denuncie este problema que vivimos en nuestra sociedad, especialmente en la Comunitat Valenciana, si ella y su partido no predican con el ejemplo. En esta misma comparecencia, y tras denunciar las amenazas recibidas por el President de la Generalitat, al ser preguntada por la agresión física a Pedro Sánchez en su visita a Paiporta, la vicepresidenta primera remarcó que, de manera objetiva, él había huido del lugar, obviando que esto se produjo por las recomendaciones del equipo de seguridad del Presidente, y viendo cómo acabó el coche que lo transportaba, es indudable que fue una decisión acertada.

Porque aunque sea de una manera egoísta, son ellos y ellas quienes más se exponen a las consecuencias negativas que tiene esta polarización. Y es que además de las agresiones físicas que han vivido y pueden vivir, las amenazas y los insultos que reciben tanto en la calle como en las redes sociales les pueden producir diferentes problemas de salud mental, tanto a ellos y ellas como a sus familias.

Es nuestra clase política, especialmente aquella que se autoproclama como garante de nuestra Constitución y nuestro Estado de Bienestar, quien tiene que abanderar esta lucha contra la crispación y la polarización. Porque son nuestros políticos y políticas quienes, como en todo lo que hacen, tienen que dar ejemplo a la sociedad y echar el freno a esta espiral de odio está en su mano.

Por parte de los medios de comunicación 

Siempre he creído, y sigo creyendo, que los medios de comunicación también son, en parte, responsables de la desafección política que vivimos en nuestra sociedad. Entiendo que, desde siempre, las notícias negativas y de crítica tienen una mayor audiencia que las buenas pero, leer algunas cabeceras o ver algunos informativos es, directamente, para ponerse a llorar o, en su defecto, salir a quemarlo todo, porque no hay prácticamente ninguna notícia positiva relacionada con el sector político (y a veces en ningún otro).

Cuando te preocupas en conocer a las personas que dirigen las diferentes instituciones públicas, a todos los niveles, y el trabajo que realizan, son miles y miles los casos que son ejemplo de buena gestión, de honradez y de todo aquello que en los estándares de la mayoría de la ciudadanía entiende como aquellos que tiene que cumplir cualquier cargo público.

Considero que es innegable que, si los medios de comunicación destinasen más tiempo a informar sobre estos buenos casos de gestión, la desafección y, por tanto, la polarización política se reduciría entre la ciudadanía.

(Si hablo de medios de comunicación hablo de medios de comunicación de verdad, no de los panfletos digitales que si dejasen de desinformar y de polarizar su futuro sólo pasaría por cerrar ‘la paraeta’).

Por parte de la ciudadanía

Es perfectamente comprensible que en situaciones que nos afectan a lo más interno de nuestros cuerpos, nos dejemos guíar por nuestras emociones y dejemos la racionalidad para otro momento. No cabe decir que la tragedia climática que vivimos en octubre del año pasado en nuestros pueblos, en nuestras casas, acompañados de la mala gestión realizada por las diferentes instituciones y las personas que estaban a su cargo, pueden despertar nuestros sentimientos más negativos pero, en ninguno de los casos, pueden ser los que dominen en nuestras acciones. Más allá de que sea absolutamente intolerable, además de ilegal en ciertas acciones, las amenazas de muerte, insultos, acosos, etc, la labor de la ciudadanía que quiera proteger nuestra democracia debería ser, al menos para empezar, la de generar y difundir, la importancia del espíritu crítico en cada uno.

Porque sólo mediante la contraposición y la comparación de la información que nos llega a nuestros dispositivos móviles o que podemos ver y leer en los diferentes medios de comunicación y derivados, podemos hacernos una idea de cuál es la realidad de lo que se nos está intentando contar.

La clase política, los medios de comunicación y las personas que queremos proteger nuestro sistema democrático y salvaguardar nuestra salud como sociedad, hemos de dar un paso al frente ya antes de que sea demasiado tarde. Porque esto no va de ideologías o de partidos, esto va de nuestro futuro como personas libres. 

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