Usuarios del IDM Margaritas denuncian goteras en las instalaciones

Las últimas lluvias acaecidas en las últimas semanas en Córdoba capital y provincia han causado estragos en diferentes puntos del territorio califal. De hecho, varias viviendas han tenido que ser desalojadas tanto en las parcelas cercanas al aeropuerto como en la barriada de Alcolea. Pero el deporte también se ha visto afectado, sobre todo para algunas personas en concreto. Y es que varios padres se han puesto en contacto con Cordópolis para denunciar las condiciones en la que sus hijos entrenan en el IDM Margaritas. Y es que la pista de esta instalación se encuentra encharcada merced a las goteras que han surgido en este tiempo.

No es algo diferente a lo visto en los últimos años, por ejemplo, en el IDM Fátima, donde, incluso, el Cajasur CBM ha tenido que trasladarse a otros pabellones de la capital para disputar sus encuentros, en aquel entonces, de División de Honor Plata, segunda máxima categoría del balonmano nacional. Pero esto no se ha paliado en el IDM Margaritas, tal y como denuncian varios padres. Uno de ellos es Jesús Pérez que explica que esta problemática lleva “muchos años ya”, pero se ha agudizado con las últimas lluvias. “Se han suspendido entrenamientos, aplazado partidos, niñas llorando porque el agua caía por las paredes... Eso asusta. Todos los años intentamos que lo arreglen, pero nada”.

Por su parte, Isabel Conde especifica que este problema lleva arrastrándose en los últimos tres años. “Cuando llueve, el agua se filtra a través de las paredes, llegando a hacer pequeñas cascadas”. En su caso, su hija es la que entrena en el IDM Margaritas y eso hace que los charcos convierta el campo en una pista de patinaje. “Su equipo juega en un nivel bastante alto y eso hace que pierdan entrenamientos porque el pabellón está impracticable con toallas, cubetas y conos. Pagamos nuestras cuotas religiosamente y el pabellón está tercermundista. Las gradas se están pujando porque tienen zonas de madera. Es una pena que se destine dinero a muchas barbaridades y a esto no se le preste atención ninguna. Además de que mis hijas entrenan, yo soy usuaria porque doy clases de GAP y te tumbas al lado de una toalla empapada en agua”.

Asimismo, María León es madre de dos hijas que también están en un equipo que desarrolla su actividad en el IDM Margaritas. “Es una vergüenza porque se tienen que suspender los entrenamientos. No es normal que en los presupuestos se destine un dinero para la mejora de las instalaciones y nunca se realicen”. Además, estos padres también tienen que regatear al agua. “Cuando hay algún partido y llueve tenemos que ir sorteando las goteras. Es que esto no es que sea algo nuevo. Viene de muy atrás. Mi hija mayor lleva 12 años entrenando allí y cada vez que llueve es la misma historia”.

Entretanto, Sergio Carrillo, también padre, tiene una experiencia “negativa” cuando llueve en el IDM Margaritas y ya no por el estado de la pista. “Mi hija se lesionó un día porque se resbaló por un charco que estaba creándose por las goteras. Se hizo daño en una mano y creíamos que tenía un hueso roto. De todas formas, no se puede entrenar durante tres semanas porque no hemos tenido un entrenamiento normal con la lluvia”. Esto, como dice Carrillo, también influye en el apartado deportivo. “Teníamos que jugar un partido y como no había fechas para aplazarlo, pues tuvimos que darlo por perdido porque el otro equipo no tenía culpa de que las instalaciones estuvieran mojadas. Es una triste guasa que llevemos años con el mismo problema y se ignora porque la verdad es que estamos pagando un buen dinero todos los meses”.

Y es que también hay usuarios de pueblos que vienen a entrenar con algún equipo en el IDM Margaritas, como es el caso de la hija de Ángel Mora, natural de Cabra. Eso tampoco favorece a unos deportistas que tienen que entrenar lejos del balón, solo físico en determinadas ocasiones. “Yo bajé a la pista porque tuve que darle una cosa al entrenador y había charcos. Ya no estamos hablando de una goterita. No. Había charcos. Llevan prácticamente todo este mes de agua y no entrenan prácticamente. Nos estamos encontrando que el mes que viene la niña va a tener que jugar tres partidos a la semana”. Por otro lado, también hay un problema económico. “Nosotros debemos pagar porque los clubes cobran para que las niñas entrenen. Pero es que no pueden ni entrenar ni jugar. No es culpa del club y las pistas son impracticables. Las goteras son un infierno para las niñas”, culmina Ángel.