De una mala maniobra al derrumbe de una puerta: las hipótesis sobre el fuego que mató a dos bomberos en Alcorcón

Nunca una muchedumbre fue tan variada y silenciosa. Jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres, niños pequeños en brazos de sus padres, grupos de chavales o curiosos se abren paso entre la multitud para ver desfilar a los bomberos. Entraban en fila a un centro municipal, donde presentarían sus respetos a dos compañeros caídos. Alcorcón (Madrid, 170.000 habitantes) lloró este jueves a los bomberos fallecidos el día anterior, por la tarde y en acto de servicio. Jesús Aguilar Molero (34 años) y Sergio Benavente Rodríguez (38 años) perdieron la vida en el incendio que originó la explosión de un vehículo. Ocurrió en el interior de un pequeño garaje y, como efecto dominó, todo se precipitó.
Las llamas atraparon a un segundo coche y el asunto acabó con dos bomberos muertos, además de un herido grave, Guillermo. Era otro de los efectivos que acudieron al aviso. Este último permanece ingresado en el Hospital Universitario de Getafe, a la espera de nuevas noticias. Fuentes del clínico indican que, a fecha de publicarse este artículo, se hallaba intubado en la Unidad de Grandes Quemados. Su situación es estable. También este jueves por la tarde, el recinto calcinado permanecía vallado y vigilado por agentes de la Policía Municipal de Alcorcón, que indicaban cómo el humo aún no se había esfumado por completo del edificio. Todavía no era seguro acceder al interior sin riesgo de inhalación.
La investigación corre a cargo de la comisaría local a la que pertenecen, pero pocos son los datos oficiales que se conocen hasta el momento. La Policía Científica, encargada de examinar la escena y recopilar pruebas sobre el ocurrido, aún no había podido acceder al interior del garaje 24 horas después de apagar las llamas, indican fuentes de la Policía Nacional. Esto quiere decir que aún es pronto para tener certezas sobre el origen exacto del fuego o el motivo que retuvo a Sergio y Jesús dentro del edificio.

Uno de los testigos presenciales que acudieron al número 6 de la calle Lilos, donde surgió el incendio, y estuvo en la zona durante el operativo de apoyo al rescate afirma a Somos Madrid que uno de ellos desapareció primero, tras el derrumbe de una puerta por el fuego. Intuye que esta no fue la única parte de la infraestructura que se desprendió durante el rescate, por el calor concentrado que emanaba de las llamas.
Entonces, siempre según su testimonio, notaron que una línea de vida se había roto. Esta es la cuerda de guía que une a los bomberos cuando participan conjuntamente en una actuación como esta, garantizando que ningún eslabón queda suelto. “El accidente parece que lo provocó una mala maniobra: el conductor quería frenar pero se confunde y, en lugar de pararse, acelera”, sostiene, indicando que es justo en ese momento cuando colisiona con otro transporte estacionado en el garaje y, fruto de la poca ventilación in situ, el fuego llamas se mantuvo más tiempo de lo previsto.
Los dos fallecidos eran amigos, así que cuando al primero le perdieron la pista dentro del garaje el otro corrió en su ayuda. Finalmente, no pudieron salvar a ninguno y se vivió un trágico desenlace. ¿Por qué el primer bombero no logró salir del edificio cuando sí lo hicieron sus compañeros? ¿Fue porque la cuerda se rompió, o porque se topó con algún escombro que le golpeara? ¿Qué fue lo que hizo que el primer coche, el que originó la explosión, colisionara de esa manera contra otro vehículo?
Estas son algunas de las preguntas que sobrevuelan a los vecinos de Alcorcón, que murmuran sus propias hipótesis durante el homenaje funerario del jueves. Pero también a la Policía, que necesitará luz verde de los bomberos para poder entrar a investigar el escenario tras las llamas y buscar pistas, cosa que no podrá hacer hasta que el entorno se enfríe o el acceso sea completamente seguro.
Mientras ese momento llega, el Ayuntamiento de Alcorcón insiste: “No hagamos conjeturas antes de tiempo”. Es lo que indican desde el consistorio tras leer diversas teorías en redes, conversaciones o medios de comunicación de las que, de momento, ni ellos mismos tienen certezas. Lo que se sabe hasta el momento es que un coche que entró al garaje tuvo un “accidente fortuito” que afectó a otro vehículo, que el dueño del turismo fue atendido y salió con vida o que, a lo largo de la tarde, miembros del Summa 112 atendieron en el lugar del incendio a otros 14 bomberos, que resultaron heridos leves por inhalación de humos.
Los fallecidos, entre los dos años y una década de servicio
Desde el equipo municipal instan a mantener la calma para que la investigación avance y se conozcan las verdaderas causas de la tragedia. También desmienten que se sepa con certeza si uno de los coches, en concreto el que explotó, era un vehículo eléctrico tal y como ha trascendido en algunos medios de comunicación.
Jesús Aguilar, el más joven de los bomberos fallecidos, tomó posesión como miembro del cuerpo en prácticas hace escasos dos años, el 9 de enero de 2023. Un mes y medio más tarde lo hizo ya como bombero de carrera. Pertenecía a la Unidad de Divulgación y Formación e impartía clases en diversas academias de formación para opositores de bomberos. Compitió en varias pruebas de los Juegos Europeos de Policías y Bomberos y era miembro de la Asociación Deportiva y Cultural de los Bomberos de Alcorcón. Además fue bombero voluntario durante la Dana en Valencia en tareas de emergencias y rescate, al igual que su compañero, Sergio Benavente.
El segundo fallecido fue nombrado profesional de carrera el 18 de diciembre de 2014. Meses antes, el 22 de septiembre, había entrado de prácticas. También miembro de la unidad de formación, trabajó durante una década como divulgador e impartió clases a opositores en diferentes academias. Era miembro de la Asociación Deportiva y Cultural de los bomberos del municipio.

En su memoria acudieron más de un centenar de personas, desde particulares hasta efectivos policiales o autoridades –entre ellas el exalcalde de Alcorcón y actual concejal-presidente en Hortaleza, David Pérez–, para acceder al Centro Cívico los Pinos. Era el lugar escogido para depositar los féretros donde yacían Sergio y Jesús, resguardados en un auditorio del fondo por el que desfilaron los asistentes para despedir a los fallecidos.
No faltaron las lágrimas de allegados o conocidos de las víctimas, presentes en el acto. La emoción también era visible en las decenas de bomberos que, sentados en las butacas y con la mirada fija en los ataúdes, asistieron desde distintos puntos de la región ante uno de los sucesos más dramáticos que recuerdan. Diversos colectivos, entre ellos sindicatos o asociaciones del sector, enviaron enormes coronas de flores que colocaron en el paseo desde el exterior del centro hasta recorrer el auditorio. Afuera no paraba de llover, pero allí dentro tampoco.
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