CASTILLA
Ávila

Mantienen el aviso rojo por el alto caudal del río Adaja mientras las inundaciones siguen causando daños en Ávila

Imágenes de la inundación de la calles en Ávila durante la tormenta Martinho.

Agencia ICAL

La Confederación Hidrográfica del Duero advierte por segundo día consecutivo de posibles nuevas avenidas en la ciudad de Ávila al seguir el caudal del río Adaja en aviso rojo por las consecuencias de la borrasca Martinho. Aún por debajo de los tres metros de nivel, las posibles avenidas pueden volver a repetir el desbordamiento que sufrió ayer la ciudad en el que incluso hubo que rescatar a más de cuarenta niños que estaban de convivencia en la capital de la provincia.  

El 112 de Emergencias de Ávila capital advierte en TwiXter que sigue cortada al tráfico la carretera AV-900, entre las glorietas de El Soto y la plaza de toros, la zona donde se vivieron momentos de “angustia” por parte de los vecinos al ver cómo se desbordó el Adaja.

Entre la impotencia y la desesperación. Así contaron a la Agencia ICAL los vecinos del entorno de la calle Obispo Acuña, frente a la plaza de toros, como vivieron la crecida del río Adaja durante este viernes, que anegó no solo los viales sino también los garajes y sótanos de muchas viviendas, tanto unifamiliares como bloques, y algunos de los negocios situados en la zona, con el consiguiente perjuicio económico. De hecho, todos los locales tuvieron que permanecer cerrados durante toda la jornada.

Eran las tres de la mañana cuando comenzaron a saltar todas las alarmas por la crecida del río que, como ya ocurriera hace dos semanas, hacía que el agua pasara la AV-900 y comenzara a cubrir las calles frente a la plaza de toros.

La policía comenzó a avisar a los vecinos para que sacaran los vehículos de los garajes, al tiempo que la gente empezó a llevar a la zona sacos de arena y maderas para improvisar diques en las calles. También, con ayuda de los bomberos, se procedió a desaguar los garajes durante toda la jornada.

Por la mañana, la crecida del río Chico puso la mirada en los colegios Juan de Yepes y Pablo VI, que finalmente pudieron desarrollar sus clases con normalidad.

El agua por las ventanas de una guardería

La guardería infantil Mafalda fue uno de los negocios más afectados por la inundación. De hecho, el agua llegó al nivel de las ventanas y la planta baja quedó completamente inundada y su patio parecía una piscina, con los juegos infantiles flotando. Su propietaria, Montserrat Alonso, explica que “a las cinco y media de la mañana me llamó Óscar, el mecánico de al lado, y me dijo que viniera porque creía que el agua podía entrar en la guardería, y en lo que tardé en bajar de casa corriendo, ya había comenzado a entrar en el patio, aunque dentro todavía no”.

“Comenzamos a poner un dique con bolsas de arena y metacrilatos para que el agua no pasara dentro e intentamos subir al piso de arriba todas las cosas de los bebés y de los niños para que no se mojaran, pero de repente comenzó a entrar corriendo el agua y un bombero que nos estaba ayudando a meter las cosas nos dijo que nos fuésemos de allí porque cada vez el agua entraba más”, comenta Montserrat, antes de añadir que cuando salieron, “el agua ya llegaba por encima de las rodillas y estaba congelada”. 

“Nos sacaron por la puerta de arriba y las escaleras laterales y ya vimos que en la zona de entrada se estaba metiendo el agua dentro y por más que pusimos cosas, debió entrar por encima porque rebosó las ventanas”, afirma.

El Bar-Restaurante El Diario fue otro de los locales situados en la calle Obispo Acuña en los que el agua hizo verdaderos estragos. Pérdidas de comida, la cámara mojada, al igual que los motores... “Todo lo que lleva un restaurante-bar”, explica su propietario, quien también recuerda lo vivido hace dos fines de semana, para asegurar que “no tuvo nada que ver, porque entonces se metió muy poco el agua, pero esta vez ha sido insoportable, imposible. No se puede hacer nada”.

Almudena Navarro vio también cómo este viernes el agua inundó el garaje del edificio en el que vive. “Nos llamaron al portero a las seis de la mañana y la policía nos dijo que bajásemos a sacar los coches. Abrimos las persianas y enseguida vimos que el agua que entraba en la guardería era como un río, a una velocidad tremenda”, comenta.

Rápidamente comenzaron a sacar los coches y a poner lo que podían en los trasteros para que “el agua no se metiese, porque el nivel subía muy rápido”, aunque “una vez que el agua llego a la guardería, se empezó a filtrar por la calle y como veíamos que no había salida, mi marido y otros vecinos fueron a por sacos de arena, tablas y bombas para evitar que el agua llegara hasta aquí”. 

Recuerda asimismo que “no había nada preparado porque no piensas nunca que el agua pueda llegar hasta aquí y todo fue un poco improvisado, cada uno haciendo lo que ha podido y sacándolo de donde se ha podido”. “Sabemos que es una zona complicada, pero nunca pensamos que esto podía suceder”, concluyó Almudena.

Daños en toda la provincia

Las crecidas en los ríos Adaja, Chico y Voltoya a su paso por la provincia de Ávila, como consecuencia de la borrasca Martinho y las fuertes lluvias que ha dejado en el centro peninsular durante la madrugada y la mañana de este viernes, provocaron la inundación de la zona sur de la capital abulense y de la urbanización Coto de Puente Viejo en el municipio de Maello.

Las intensas lluvias caídas desde la tarde-noche del jueves y la madrugada de este viernes, que provocaron el desbordamiento de los ríos Adaja y Chico a su paso por la zona sur de Ávila capital, lo que desembocó en un enorme lago en el entorno de la plaza de toros abulense que cortó calles, inundó garajes, bajos y algunos negocios y obligó a la intervención de la Policía Local, los Bomberos y Protección Civil.

Ante la gravedad de la situación, a las seis de la mañana, la Junta declaró la situación 2 del plan de Protección Civil. A esa hora, se prestaba además especial atención a las residencia Infantas Elena y Cristina, Valle Amblés, la juvenil Valle Amblés y especialmente a los colegios Juan de Yepes y Pablo VI, donde si bien se mantuvo la actividad docente, se puso en alerta a la comunidad educativa para que estuviese prevenida.

También durante la madrugada quedaron cortadas la carretera AV-900 entre las glorietas de la plaza de toros y Derechos Humanos, la carretera N-403 en el puente del Papa y las pasarelas peatonales sobre el río Chico, entre las calles Santo Tomás y Radio Nacional de España y desde la avenida Juan Pablo II hasta la plaza de toros. También fueron cortadas al tráfico la calle Obispo Acuña y aledañas, así como la avenida de Juan Pablo II, aunque esta última se reabrió poco antes de las diez de la mañana.

En la localidad de Maello provocaron el desbordamiento del río Voltoya a su paso por la urbanización del Coto de Puente Viejo, lo que provocó graves daños en una cincuentena de viviendas de la localidad, tal y como confirmó el alcalde, Javier García, que explicó que, desde este jueves por la noche, tanto el Consistorio como los vecinos ya estaban prevenidos de que algo así podía ocurrir.

García apuntó que se habían producido “daños materiales muy importantes” al existir “casas totalmente inundadas”, y reseñó que se puso en contacto con el presidente de la urbanización para avisar a todos los propietarios de viviendas en la misma, dado que buena parte de las en torno a 400 viviendas con las que cuenta el Coto de Puente Viejo son segundas residencias que se utilizan, principalmente, en época estival.

Por ello, “no hay vidas en peligro”, subrayó el alcalde de Maello, que apuntó que en los 50 años que lleva en el pueblo jamás vio algo así. “Y lo mismo me dicen los que llevan más tiempo aún”, señaló para dar a entender la gravedad de unas inundaciones que esta mañana de viernes parecen haber frenado algo pero que, avisa García, sabe que “van a ir a más”.

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