Las carreras de montaña más clásicas de la provincia de León pinchan este año: cambios y hartazgo en las organizaciones

Imagen de archivo: Novena edición de la 'Batallona de Somiedo'.

Sara Lombas

La Cordillera Cantábrica, los Picos de Europa, Ancares o los Montes de León… Son muchos los sistemas montañosos que hacen de la provincia leonesa un epicentro ideal para carreras de montaña. Pruebas como Trail Cueto del Oso, que se celebra desde hace diez años en Palacios del Sil o el Trail Pico Cueto que lleva cinco años celebrándose en Boñar sitúan a León en el mapa de las carreras de montaña a nivel autonómico y nacional. Durante la última década las pruebas de montaña han proliferado en las montañas leonesas y, sin embargo, este año sorprende que varias carreras clásicas se hayan cancelado. 

Una de las citas clásicas que este año no se celebrará es la carrera Alto Sil, que se debería haber celebrado en Santa Cruz del Sil el pasado fin de semana; el último del invierno. Sin embargo, un cambio en la dirección de la prueba ha imposibilitado su celebración a tiempo. Su organizador original, Lolo Diez, decidió ‘jubilarse’ del proyecto del que se ha hecho cargo durante los últimos 16 años: “Necesitaba un relevo porque es muy complicado organizar una carrera de este tipo y cansa hacerlo durante tantos años”, explica. 

La carrera Alto Sil comenzó a celebrarse en 2009 y llegó a contar con 800 participantes el último año anterior a la pandemia que, según explica Diez, supuso un antes y un después con la cantidad de participantes, que en la última edición sumaron un total de 600; una cifra de todas formas muy positiva. Por ello, Diez considera que no se trata de que la burbuja de las carreras de montaña haya ‘pinchado’, y apunta más bien a un cansancio de los organizadores: “Son muchos años y es muy difícil pelear con las administraciones para celebrar la carrera”, explica. 

Algo similar cuenta el expresidente del club 101 kilómetros peregrinos y actual concejal del Ayuntamiento de Ponferrada, David Pacios, que organizaba una carrera que lleva el mismo nombre del club y que se celebraba desde 2010 en El Bierzo para promocionar el Camino de Invierno. Este evento llegó a atraer a 3.000 participantes en ediciones anteriores a la pandemia, el 80% de ellos llegados de fuera de la provincia, conformando una de las pruebas deportivas de montaña con mayor participación, no solo de Castilla y León, sino de España. 

Sin embargo, este año tampoco se celebrará ya que Pacios se retiró de la organización en 2024 y, por ahora, no hay relevo: “Son muchas trabas, cansancio… No es algo que quiera asumir cualquiera”, declara Pacios, que señala la falta de interés de la Junta de Castilla y León y de la Diputación de León, “Al final se trata de gestionar durante quince años una prueba y hacerlo sin ánimo de lucro con una burocracia que es bestial y un apoyo institucional nulo”. Los 101 kilómetros peregrinos recorren varios ayuntamientos del Bierzo, como el de Ponferrada, y en ediciones anteriores han llegado a participar 600 voluntarios en su organización. 

Tampoco se celebra este año la Batallona de Somiedo, una mítica prueba que enfrenta a deportistas asturianos y leoneses desde hace once años. Su organización dio a conocer la decisión de cancelar la edición del año 2025 en redes sociales, donde aclaraban que el objetivo era repensar el formato, señalando también la falta de apoyo institucional: “A lo largo de éste 2025 trabajaremos para crear un nuevo formato, buscar los apoyos necesarios (cada vez más escasos), incluso puede que hasta un nuevo recorrido”, explicaban en comunicado publicado en sus redes sociales.

Ángel Sánchez, que se define como berciano adoptivo, es uno de los encargados de organizar la nueva edición de la carrera Alto Sil y cuenta con una amplia experiencia en el deporte de montaña fuera de la provincia de León. En su opinión el panorama de las carreras de montaña se sustenta sobre tres patas, que pasan por la organización y los apoyos: “Al final los organizadores queremos ser nosotros quienes hagan carreras y para eso tienes que tener tiempo, energía y apoyos. Las carreras tienen un ciclo de vida porque el organizador igual ya no cuenta con una de esas tres cosas”. 

Sánchez señala que esto no implica necesariamente que haya bajado la demanda, sino que ahora mismo la provincia de León se encuentra en un punto en el que la vida de muchas carreras clásicas parece haber llegado a su fin; aunque muchas ya han encontrado relevo. Durante el fin de semana en el que se debía haber celebrado la carrera Alto Sil, un grupo de vecinos organizó el Trail del Tornicho, que consiguió la participación de 200 personas en la que fue su primera edición. 

Según su experiencia como corredor de carreras, Sánchez considera que la peor situación se la están llevando las carreras de muy larga distancia, como es el caso de los 101 kilómetros peregrinos, que para muchos corredores no son asumibles en la misma cantidad que otras pruebas de menor distancia: “El tránsito natural es pasar de carreras de asfalto a carreras de montaña. En carreras largas hubo una fiebre hace cinco o seis años, pero esa gente ahora ya se ha dado cuenta de que esas pruebas son muy difíciles de asumir. Antes había un pelotón de corredores que corrían una carrera de más de 100 kilómetros al mes y ahora corren dos al año. Las que son menos reconocidas a nivel nacional han sufrido por eso”, explica Sánchez. 

Para Pacios, la pandemia marcó un antes y un después en la celebración de estas pruebas. En el caso de los 101 kilómetros peregrinos la participación pasó de 3.000 personas en el año 2019 a más de 1.000 en la edición de 2024: “Hubo un boom exponencial en el turismo deportivo desde 2010 y hasta la pandemia. Desde entonces han bajado los participantes en muchas carreras de este tipo”, explica. 

Sumado a esta circunstancia, Pacios relaciona el aumento de los precios del sector hostelero y turístico, que hace que los corredores se lo piensen antes de confirmar su participación en carreras tan exigentes como la de 101 kilómetros peregrinos: “En Ponferrada normalmente una habitación de hotel cuesta 80 euros, no puede ser que el fin de semana que se celebre la carrera los participantes no encuentren nada por menos de 200 euros en una ciudad con una capacidad hotelera muy pequeña. Muchos se tienen que alojar en la ciudad de León o en casas rurales, y ahí le tienes que sumar más desplazamiento. Igual la gente se lo piensa dos veces antes de gastarse más de 1.000 euros para participar en una prueba deportiva. Como organización puedes abaratar el precio de la inscripción, pero no puedes hacer nada por el desplazamiento”. 

Por ello las carreras que atraen una menor participación han sufrido menos esta crisis, ya que no provocan el encarecimiento de los alojamientos como lo hacen las grandes carreras que son precisamente las que este año han sufrido cancelaciones.

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