El legado oculto de las mujeres sefardíes en la literatura, “garantes de tradiciones” en la vida pública y privada

Nuestra mama Ester di Dudo / Mos dio amor cuanto mas pudo / cunando romances ea cantaba / creciendo para la vida mos aprontaba. Estos versos en sefardí fueron escritos por la poeta serbia Laura Papo llamada 'Bohoreta' y son parte del poema 'Al occasion el jubileo de combate, lavoro i suceso'. 'Bohoreta' vivió entre los años 1891 y 1942, y pasó gran parte de su vida en Sarajevo, lugar al que llegaron los judíos españoles a mediados del siglo XIV. Reivindicar su nombre y el de muchas otras mujeres que han sido “garantes” de las tradiciones sefardíes es el objetivo de las visitas 'Mujeres entre líneas', que se realizarán en la biblioteca del Museo Sefardí de Toledo con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
El papel de las mujeres en su sociedad particular, marcada por las tradiciones religiosas, trascendió el del ámbito privado y llegó a la dimensión pública. Mujeres con “nombres y apellidos” que dejaron un trabajo intelectual “trazable” que se puede visitar en el museo toledano con las visitas guiadas, dos veces al día.
“Queremos rescatar la historia de las mujeres anónimas, portadoras de la tradición y transmisoras de cultura”, ha destacado la coordinadora del departamento de Comunicación y Difusión del museo, Laura Martín Riesco. La iniciativa de sacar a las mujeres sefardíes a la luz culminará con un taller el próximo 15 de marzo, con Editatona, para rescatar sus nombres y ponerlas en Wikipedia. También se presentará una 'Ketubá', dentro del programa 'Sin reservas' que promueve el museo. Se trata de un contrato matrimonial judío en el que se exponían claramente las obligaciones del esposo y la esposa para tener una convivencia “lo mejor posible”.
Desde Serbia hasta Francia
El Museo Sefardí de Toledo, que es de los más visitados en España, ha rescatado ya la indumentaria de las mujeres, sus contratos matrimoniales y otras partes esenciales de su vida. “Pero queríamos rescatar a mujeres que por una razón o por otra no son tan conocidas en la historia. Queremos darle voz a través de sus propias palabras”, explicaba Martín Riesco. Seguramente, el caso de Bohoreta sea el más conocido. “Es absolutamente apasionante, escribió de todo: cuentos, obras de teatro, ensayos... Es una primera defensora de la emancipación de la mujer”, explicaba el técnico de biblioteca, Diego Fernández.
Un “referente del feminismo” que ya instaba a las mujeres a “aprovechar las oportunidades que sus abuelas y madres no habían tenido”, en el siglo XIX. En uno de sus poemas, Pappo celebra el aniversario de una tienda de moda abierta por sus hermanas. “No era nada común que las mujeres tuvieran negocios por sí mismas”, explicaba Fernández, resaltando igualmente que el poema se escribió tres años antes de que se desencadenase la primera guerra mundial.
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Otra mujer que se puede conocer gracias a estas visitas, para las que hay que apuntarse en la página web del museo, es Lina Kohen, una mujer turca que en su poesía registra las costumbres de su sociedad, como las bodas en la ciudad donde nació, Corfú. “Es información muy valiosa sobre las costumbres sefardíes. Las mujeres han sido las grandes garantes de que las tradiciones no se pierdan”, zanjaba el técnico de la biblioteca. Desde la biblioteca del Museo Sefardí también apuntan a Margalit Matitiahu, un “peso pesado” y quizás una de las escritoras “más famosas” y que también tiene obra en judeoespañol, poetisa sefardí nonagenaria que aún vive.
Clarisse Nicoïdski fue una escritora francesa de familia sefardí que comenzó su trabajo literario en francés, y que comenzó a escribir poemarios en judeoespañol a raíz de la muerte de su madre. Nicoïdski ganó el premio de la Academia Francesa por su primera novela 'Le désespoir tout blanc', mucho antes de comenzar a escribir en judeoespañol. En sus trabajos, la francesa recordaba la herencia mixta con la que vivió en su casa, así como la mezcla de idiomas y la “dejadez” que sufría el judeoespañol mientras se fomentaban las lenguas occidentales y el hebreo.
En un mundo “dominado por hombres”, Nicoïdski decidió escribir en judeocastellano para resaltar, entre otros, el papel de la mujer en el arte. “En una época complicada en Europa”, recordaba la técnica bibliotecaria, Bárbara Pardo. Las mujeres sefardíes que han escrito se pueden encontrar por todo el mundo. Desde Argentina hasta Israel. “Vienen de sitios distintos, pero tienen esa herencia compartida”, resaltaba Pardo.
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La coordinadora de comunicación del Museo, Laura Martín Riesco, explica que estas actividades quieren ofrecer una visión más completa para el museo, porque “muchas veces” se da importancia a un enfoque antropológico que puede resultar “más anónimo”, mientras que mostrar la vida de mujeres en la esfera pública, con nombres y apellidos, es todo lo contrario. “El papel de la mujer sefardí fue sumamente importante, un garante de transmitir sus tradiciones y todo se desconoce”, explica.
Lo que se pretende, continúa, es que se recoja la vida y el papel de todas las “capas de población” sefardí, entre las que se encuentran por supuesto las mujeres. “Toda esta tradición que pervive, que hace que en lugares tan lejanos como Turquía se siga hablando sefardí o español, es transmitida por las mujeres”, concluye la experta.
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