La enóloga Milagros Romero: “La presencia de mujeres en el mundo del vino debe ser habitual, nunca extraordinaria”

La enóloga Milagros Romero hizo historia regional cuando se convirtió en la primera decana del Colegio de Enólogos de Castilla-La Mancha. Y desde esa posición ha intervenido en las Cortes de Castilla-La Mancha con un mensaje positivo y alegre, aunque consciente de las carencias que existen en su sector en lo referente a igualdad y feminismo. Desde el estrado de la cámara regional, con motivo del acto institucional del Día de la Mujer, declaró estar “muy feliz” de representar a las mujeres de Ciudad Real.

“La presencia de las mujeres en el mundo del vino debe ser habitual, nunca extraordinaria”, reivindicó. Y es que asegura que son “numerosas” las estudiantes de enología que en pocos años dirigirán las bodegas que son “un importante motor en la economía de nuestra maravillosa provincia de Ciudad Real y en toda la región”. Y aunque la igualdad ha evolucionado “muy favorablemente” en los 40 años que lleva de trayectoria profesional, en el día a día se siguen presentando “muchas dificultades” para las mujeres.

“Éramos muy pocas las mujeres que trabajábamos en bodegas en los años ochenta y noventa. Ha sido un camino muy duro y también muy desigual. La igualdad actualmente no es cuestionable, es algo natural, algo que lo tenemos en el día a día”, resaltó. Y a pesar de los avances, las mujeres siguen teniendo “dificultades para conseguir la conciliación soñada”. “Vendimias en las que las horas se nos hacen cortas, muchas horas de trabajo, mucha responsabilidad y muy poco tiempo para el descanso. Al mismo tiempo, nuestros hijos, nuestros mayores, todo depende de ti y con muy pocas ayudas”, describió. En su caso, contaba con el apoyo de su marido.

Para acabar su intervención, quiso hablar de “las mujeres de su vida”. “Son un espejo de la evolución de las mujeres en nuestra sociedad”, recalcó. Empezando por su madre, Juanita, “lista, generosa, sensible, pero que nunca entendió que yo me tuviera que ir a trabajar fuera de casa”. “No lo entendía, pero me apoyaba incondicionalmente”. Milagros también habló de su suegra, Carmen, que “hasta mucho después” no pudo “disfrutar de una libertad para la vida que a ella le gustaba”. Y también habló de su hija, Cristina: “Con muchísimas ganas de poder conciliar y disfrutar de una familia y una vida profesional plena. Acabó hablando de su hija Irene, ”un alma libre que se quiere comer el mundo“. ”Podrá hacer lo que se pueda proponer en su vida. Esa es la evolución desde las abuelas a las nietas“.

“Seguiré trabajando desde mi posición para visibilizar las desigualdades que, por desgracia, todavía vemos día a día en el mundo del vino. Os invito a brindar hoy por todas las mujeres que han puesto su granito de arena para luchar por la representación femenina en nuestro sector y en otros tantos sectores”, finalizó Romero. ¡Salud!