El PP de Alicante refuerza la dotación de asesores de Vox tras conseguir que le apruebe los presupuestos

El PP cederá medio sueldo de un asesor a Vox, una cesión que realiza tres semanas después de que la extrema derecha aprobara el presupuesto del ejecutivo municipal de Luis Barcala.
Esta modificación ha sido aprobada en la Junta de Gobierno Local, y supone que el grupo popular pierde media dedicación de sus asesores (pasando de 5 a 4,5 sueldos) que pasa directamente a Vox, que pasará de tener 2 a 2,5 dedicaciones. De este modo la formación de extrema derecha mantendrá un asesor con dedicación exclusiva, mientras que el otro sueldo y medio será repartido entre sus otros dos asesores, que actualmente cobran por un 50% de dedicación, lo que les llevará a tener un 75% cada uno.
El PP defiende la decisión y la ha desvinculada de la aprobación de los presupuestos de 2025. Así el portavoz del gobierno municipal, Manuel Villar, asegura que “es una petición por parte del grupo Vox desde hace bastantes meses y se ha atendido”.
Críticas de la oposición
La portavoz del Grupo Municipal Socialista, Ana Barceló, ha señalado que “la connivencia del Barcala con la ultraderecha es total y absoluta”, pese a que Vox no esté dentro del gobierno de Barcala. “Tenemos la impresión de que Barcala da por roto cualquier tipo de diálogo con la oposición e incorpora a la ultraderecha a su equipo de gobierno. En los próximos meses veremos cómo se acrecentará esa colaboración a partir del acuerdo alcanzado entre Mazón y Vox”.
Rafa Mas, portavoz de Compromís, ha calificado el pacto de “cutre” y que se hace a costa de empobrecer los servicios públicos de Alicante. También ha reprochado a la formación de extrema derecha que “los que vinieron a reducir los costes políticos y los chiringuitos” ahora “se venden a cambio de medio asesor”.
Finalmente el portavoz de Esquerra Unida-Podem, Manolo Copé, afirma que “es vergonzoso el mercadeo con los asesores. El PP de Barcala sigue demostrando que está completamente arrodillado ante la extrema derecha”. Añade que “este es el precio de su pacto con la ultraderecha: más cargos a dedo, más dinero público para contentar a sus socios y menos inversión en lo que realmente importa”.
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