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ENTREVISTA

“La fábrica de lanzacohetes de Córdoba vulnera las cláusulas éticas de la UE”

Entrevista a Alejandro Pozo, analista de guerra

Aristóteles Moreno

30 de marzo de 2025 22:26 h

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En su hoja de servicios figuran buena parte de los conflictos más enconados de la historia reciente del planeta: Palestina, Congo, Afganistán, Sudán del Sur, Siria, Mali, Somalia, República Centroafricana, Colombia. Quiere decirse que no habla de oídas. Se ha sentado con soldados, combatientes, mercenarios, analistas locales, representantes gubernamentales, población civil y, en definitiva, con todas las partes que componen ese fracaso humano que venimos en denominar guerra.

Lleva 24 años tocando con los dedos el infierno que nos rodea. Sus informes, por tanto, están sostenidos en datos incontestables y reflexiones sagaces sobre geopolítica. Es investigador del Centro Delás de Estudios por la Paz y profesor de Inteligencia Global de la Universidad Ramon Llull de Barcelona. Conoce al detalle el poderoso entramado de la industria militar, particularmente las transacciones mercantiles entre el Gobierno español y la maquinaria bélica israelí, en el ojo del huracán por la sistemática vulneración de derechos humanos en Gaza y Cisjordania.

En su radar aparece, consecuentemente, la fábrica recién instalada en el Parque Tecnológico de Córdoba para la construcción de lanzacohetes SILAM con tecnología israelí. La firma Escribano M&E es la primera factoría de armas radicada en nuestra ciudad. Y no será la última. De hecho, esta misma semana Santa Bárbara Sistemas ya ha anunciado su inminente aterrizaje en Rabanales 21. La Base Logística del Ejército de Tierra, que centralizará en Córdoba la provisión y mantenimiento de bienes militares del Ministerio de Defensa, generará en los próximos años una cascada de industrias auxiliares.

Córdoba ocupará, por consiguiente, un lugar clave en el nuevo escenario europeo marcado por la agitación belicista que se respira en la UE tras la invasión de Ucrania y el viraje inesperado de Donald Trump. Sobre todo ello, reflexionó el pasado lunes Alejandro Pozo en la Facultad de Ciencias del Trabajo, invitado por el colectivo Mejor sin armas, muy activo en la denuncia del proyecto militar puesto en marcha en el Parque Tecnológico.

Si te preparas para la guerra, tendrás más guerra

PREGUNTA. ¿Y hacia dónde nos lleva la carrera armamentística?

RESPUESTA. Nos lleva a tener más problemas. Estamos haciendo la bola más grande. No cabe decir que no existen amenazas. Siempre han existido. Pero siempre hemos tenido otra forma de hacerles frente. Y esta carrera armamentística nos va a traer más inestabilidad y más guerra. Von Der Leyen ha dicho que para evitar la guerra Europa debe prepararse para la guerra. Y, si te preparas para la guerra, tendrás más guerra.

P. Usted no cree en el axioma que sostiene que “si quieres la paz prepárate para la guerra”.

R. Evidentemente no. Esa es la pax que viene desde Roma. Yo creo mucho más en la paz que se ha construido después de la II Guerra Mundial, cuando dijimos “esto nunca más” y nos dotamos de los instrumentos para resolver los conflictos de otra forma. Y esas reglas para evitar la ley de la selva se están rompiendo.

P. Parece evidente que Rusia es una amenaza para muchos países de la ex URSS a los que quiere someter bajo su dominio. Pero, ¿Rusia es una amenaza para Europa?

R. Este Gobierno ruso es, sobre todo, una amenaza para los rusos. Y también para determinadas maneras de entender las relaciones internacionales. Rusia cometió un acto de agresión. Es de los crímenes más importantes que hay: invadir a otro Estado en contra de lo que dice la Carta de las Naciones Unidas. Aunque la intención que tuvo en Ucrania no tiene por qué tenerla para invadir otros lugares.

Cuando Rusia hizo lo que hizo nadie se lo esperaba. Y pensábamos que duraría una semana. Nadie hubiera apostado por una situación como la que tenemos ahora. De hecho, era a todas luces contraproducente para la propia Rusia. Hay muchas Rusias dentro de Rusia. Incluso dentro del Gobierno hay distintas posiciones.

P. Los antecedentes históricos indican que en Rusia ha habido una tradición de expansión territorial y dominio sobre muchos países vecinos desde los zares a la Unión Soviética.

R. Sí. Pero hay que entender el momento histórico en el que estamos ahora. Al margen de Ucrania, Rusia no había hecho ninguna otra anexión como esta. Es verdad que ha cooptado a muchos países, sobre todo del centro de Asia, que están bajo su esfera militar. Básicamente dice: “Yo te proporcionaré la seguridad cuando la necesites y tú tienes que cumplir una serie de condiciones”. Es lo que hace la OTAN y Estados Unidos desde hace mucho tiempo. Podemos tener un debate filosófico hasta qué punto se viola la soberanía nacional haciendo este tipo de cosas, pero así ha sido cómo han funcionado las relaciones internacionales. No hay ninguna diferencia entre la amenaza que representa Rusia hoy y la que representaba hace dos años. Si llevamos un mes donde todo parece que se ha dado la vuelta es porque tiene otra explicación.

P. ¿Cuál?

R. Esa otra explicación es Trump, como excusa o como oportunidad.

P. Que ha cambiado la posición estratégica de EEUU.

R. Trump nos está diciendo que tenemos que ser autónomos en relación con Estados Unidos, pero cumpliendo a rajatabla su plan.

Con solo un pequeño porcentaje de las cabezas nucleares de Rusia ya nos cargamos el mundo varias veces

P. Si el rearme de Europa no es la solución, ¿qué respuesta sería la idónea ante una agresión territorial como la que ha sufrido Ucrania?

R. Primero hay que apostar siempre por la prevención. Hay muchas cosas que se hicieron antes de la intervención que no se tenían que haber hecho ni fomentado. Siempre reaccionamos cuando el problema lo tenemos sobre la mesa. Lo ocurrido en Ucrania tenía una solución relativamente sencilla al principio, cuando había mucho margen de negociación. Se podría haber acordado una salida, aunque probablemente injusta.

P. Ceder territorio.

R. Tirar bombas y matar sí que es una salida injusta. Ceder territorios a la fuerza también es injusto, pero cabe entender que Ucrania cedió territorios en el año 2014, no en 2022.

P. Crimea fue anexionada en 2014, pero ahora parece que Rusia se quiere quedar más territorios.

R. Parte del Dombás también lo anexionó en 2014. Al menos, se puede decir que el Gobierno ucraniano no tenía control sobre sus territorios.

P. Pero no había reconocido la soberanía de Rusia sobre ellos. Usted propone que se reconozca la soberanía de Rusia como solución.

R. Para nada propongo eso. En marzo y abril de 2022 esa negociación no hubiera incluido los elementos que va a incluir ahora y que implica una cesión extra. Es verdad que el caso más espinoso era Crimea, pero también que durante ocho años Occidente no había dicho ni mú en relación con Crimea. Tampoco Ucrania hizo todo lo que cabía esperar. Entre el año 2014 y el año 2020, el segundo máximo importador de armas ucranianas era Rusia. Es decir, Rusia invadió Crimea y Ucrania le seguía exportando armas.

P. ¿Por una cuestión puramente comercial?

R. Ya puedes matar o invadir, que lo que es sagrado son los contratos. En 2014 Ucrania dejó de hacer nuevos pedidos a Rusia, pero los que ya estaban en marcha los respetó. Igual que Europa. Ahora se ha reducido la dependencia de Rusia en suministro energético, pero en 2022 más del 40% de todo lo que consumíamos venía de allí. Y ocho años antes ya se había invadido Crimea. A día de hoy Europa sigue consumiendo hidrocarburos rusos.

Este Gobierno ruso es, sobre todo, una amenaza para los rusos

P. Europa gasta hoy día 350.000 millones de euros al año en armas, entre cuatro y siete veces más que Rusia. ¿Necesitamos más armamento?

R. Nunca se ha destinado tanto dinero en fondos de emergencia para ningún problema que haya habido en Europa. La única forma de aceptar un gasto militar de 800.000 millones de euros es el miedo. El pacifismo depende de la alternativa que tengas. Yo puedo entender que un ciudadano de Gaza o del Dombás no vea otras alternativas. Pero, ¿nosotros? Europa ya gastaba cuatro o cinco veces más que Rusia en armas y eso no previno la invasión de Ucrania. Estados Unidos gastaba nueve veces más y tampoco ha prevenido nada.

¿Quién está diciendo que hay que gastar más? Trump. Primero dijo que la OTAN tiene que gastar un 2%. Y ahora habla de un 5%. Nadie gasta un 5%. Ni siquiera Estados Unidos, que está gastando un 3,4%. Son nueve los países que gastan más de un 5% en el mundo y todos están en guerra. Hablamos de Ucrania, evidentemente. O de Rusia.

P. ¿Europa está iniciando este movimiento hacia el rearme militar incentivada por Estados Unidos y no porque busque autonomía en seguridad y defensa?

R. Trump pide ese gasto militar para cumplir con la OTAN y señala a España porque supuestamente es el que destina menos presupuesto a defensa. Esto no es verdad. ¿Por qué? Porque el gasto militar incluye el presupuesto del Ministerio de Defensa y muchas otras partidas. Por ejemplo, la inversión en armamento está en el Ministerio de Industria. Y una parte de las cuotas de la OTAN está en el Ministerio de Exteriores.

P. Se camufla el presupuesto.

R. Resulta tragicómico ahora ver al Gobierno español contar como gasto militar partidas que antes no contaba cuando nosotros le decíamos que eran gasto militar.

P. ¿Cuánto gasta España en defensa?

R. Más del 2,2%. Es decir, España ya está por encima del 2% que requiere la OTAN.

P. O sea, en vuestra opinión, España no tendría que gastar ni un euro más en defensa por haber superado el 2% que se le exige.

R. La pregunta es gastar para qué. La teoría dice que primero definas las amenazas y luego mires qué presupuesto necesitas. Y no está claro a qué vamos a responder exactamente. Según a quien le preguntas en España quién es la amenaza, te van a decir un país u otro. Si le preguntas al Ministerio de Defensa, te va a decir Marruecos.

P. ¿Y quién es la amenaza?

R. Yo no encuentro que exista una amenaza para justificar este gasto.

P. Para usted, Rusia no es una amenaza.

R. Para mí, Rusia es una amenaza desde el minuto uno. Siempre ha sido una amenaza desde que Putin está en el poder. Putin es producto de un final de la Guerra Fría que no se hizo como tenía que haberse hecho. Rusia es una amenaza de primer orden para el mundo.

P. ¿Para el mundo o para sus países vecinos?

R. Para el mundo. No me gusta lo que hace Rusia en muchos países africanos ni lo que hace con su propia población. Pero insisto: otra cosa es que eso sea nuevo.

La única forma de aceptar un gasto militar de 800.000 millones es el miedo

P. ¿Es factible una guerra contra una potencia nuclear que dispone de casi 6.000 cabezas atómicas?

R. Hay que hacer una diferencia entre las cabezas que están activas, las que están desplegadas y las que están obsoletas. Afortunadamente la mayoría no están demasiado activas, pero con un pequeño porcentaje de ellas nos cargamos el mundo varias veces. ¿Quién tiene la capacidad de destruir el mundo? Todos los países que tienen capacidad nuclear. China tiene muchas menos cabezas nucleares que Rusia y Estados Unidos, porque un día dijo: “¿Para qué quiero más si ya puedo cargarme el planeta varias veces?”. Mantener el arsenal nuclear es muy caro. Y ojo: el arsenal nuclear es la única amenaza, junto al cambio climático, a la cual nos exponemos como especie. La pregunta es: ¿cómo es posible que tuviéramos en mente la opción de derrotar militarmente a Rusia cuando tiene miles de cabezas nucleares?

P. ¿El rearme garantiza la seguridad?

R. No. De la forma que se está haciendo con esa ostentación y excluyendo otras vías, lo que hace es generar inseguridad. Durante un tiempo vimos al jefe de la diplomacia europea que tenía un discurso totalmente indistinguible del jefe de la OTAN. No ha habido una diplomacia en otros términos. Y, si el jefe de la diplomacia no ha ejercido la diplomacia, ¿qué esperábamos? ¿Quién hace la diplomacia? ¿Quién busca el diálogo?

P. ¿La política de la disuasión funciona?

R. Proliferan los libros de historia sobre la Guerra Fría que sostienen que gracias a las armas nucleares nunca nadie se atrevió a nada. La verdad es que Estados Unidos sí las utilizó y mató a mucha gente. ¿La disuasión funciona? Es una de las distintas estrategias de seguridad que hay. A mí me gusta más eso que llaman la aceptación, que es estar de buenas y no crearte enemigos.

P. Usted defiende la política de la distensión.

R. Por supuesto que la distensión es preferible. Lo que vale para las personas tiene que valer también para los estados.

P. ¿Qué lugar ocupa la Base Logística del Ejército de Tierra en Córdoba dentro de este futuro entramado militar europeo?

R. Lo primero que hay que entender es que el proceso de rearme ya se había producido antes. ¿Cuándo? Cuando se empezaron a hacer pedidos a Estados Unidos desde Europa de material extremadamente caro. La mayor parte del armamento que consumimos en Europa lo suministra Estados Unidos, no la industria local. Europa está pendiente de recibir 472 aviones de combate y unos 150 helicópteros.

P. Europa en su conjunto.

R. Sí. España creo que tiene 150 aviones operativos. O sea, estamos hablando de una barbaridad de aviones de combate que ya están pedidos. Falta pagarlos. El gasto militar ya estaba aumentando mucho.

P. ¿Por qué estaba aumentando el gasto militar?

R. Es una buena buena pregunta. Alguien diría que si las amenazas de Rusia aumentan, hay que armarse. Incluso te dirán que desde lo de Crimea ya nos venimos armando. La industria hoy no funciona como hace unos años cuando uno hacía un producto y lo terminaba. Hoy cualquier producto grande se hace entre muchos países. Cuando tú exportas tomates haces negocio puro. Cuando exportas armas haces geopolítica. Israel no le exporta a China, aunque le encantaría, pero Estados Unidos no le deja.

En la industria española tenemos una empresa pública muy grande: Navantia. La mayoría son privadas y algunas de las más relevantes ni siquiera son españolas. Santa Bárbara Sistemas, que siempre ha sido una de las industrias más importantes de España y ahora va a operar también en Córdoba, es parte de un conglomerado estadounidense que se llama General Dynamics, una de las empresas de armas más grandes del mundo. Expal, el socio de Escribano en Córdoba, hoy es parte de un grupo muy importante alemán que se llama Rheinmetall.

Israel está cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad

P. ¿Y qué papel juega la Base Logística de Córdoba?

R. Va a haber una centralización en Córdoba de la logística y provisión especialmente en equipamientos para el Ejército. Una parte de todo lo que va a consumir el Ministerio de Defensa va a pasar por Córdoba.

P. Y va a generar empresas auxiliares, como el caso de Escribano, que se van a ir instalando hasta convertir a Córdoba en un emporio de la industria militar.

R. Entiendo que esa es la idea. El Ministerio de Defensa necesita bienes y servicios. Y a pesar de lo que nos dicen del libre mercado, prioriza a la industria nacional. Si hay una empresa de fuera que tiene un producto para ofrecer en términos militares, normalmente lo que hace es asociarse con un grupo nacional de los que sabe que tiene muchos visos de ganar ese contrato. Empresas de Estados Unidos o de Israel a veces lo harán a través de filiales locales. Otra opción es fabricar un producto con tecnología extranjera, por lo que recibirá una compensación.

P. Que es el caso de Escribano.

R. Ese es el ejemplo de Escribano y Expal para fabricar lanzacohetes SILAM. Es decir, es un proyecto israelí, pero ya no se importa el material. Antes España compraba misiles Spike, que fabricaba la empresa israelí Rafael. Ahora los fabrica una empresa española que se llama PAP Tecnos, filial de Rafael. Y, a veces, no hace falta que sea filial: yo lo fabrico y tú me haces una transferencia de tecnología.

P. ¿La Base Logística situará a Córdoba como diana militar ante un eventual conflicto?

R. Si hubiera una guerra abierta, sí. Los centros de fabricación y suministro de armamento siempre han sido un objetivo militar en caso de guerra. Lo estamos viendo en Ucrania.

P. La fábrica de lanzacohetes de Escribano usa tecnología militar israelí de la empresa Elbit Systems, que ha sido probada en territorios ocupados palestinos. ¿Este contrato vulnera cláusulas éticas de comercio de la Unión Europea?

R. Ética cada uno tenemos la nuestra. Lo que hace Elbit en los territorios ocupados, no desde el 7 de octubre, sino desde siempre, es moralmente reprobable desde cualquier punto de vista. También su manera de hacer negocios. No hay más que entrar en su web y pinchar en el catálogo de productos. Leerás: “Este producto ha estado probado en combate.” Esto es algo muy atractivo desde el punto de vista militar. No hay feria internacional que se precie, que no tenga stands de Elbit y de Rafael con material probado en combate. Y no es lo mismo probarlo en un laboratorio que con seres humanos.

P. En la Unión Europea hay cláusulas comerciales que limitan la venta de ciertos productos a países que vulneran los derechos humanos.

R. Tenemos una legislación de armas que está basada en dos pilares. Uno es el código de conducta de la UE, que obliga a todos los estados miembros. Y otro es el Tratado de Comercio de Armas, que también está ratificado por España. En el primero establece unos criterios por los cuales se recomienda no exportar a países que no cumplan con el derecho internacional humanitario, que se encuentren en conflicto armado, que provoquen inestabilidad regional o que vayan a reexportar a un tercer país en condiciones indeseables. Desde mi punto de vista, de los ocho criterios que hay, al menos cuatro Israel los viola. No desde el 7 octubre de 2023, sino antes también de forma flagrante.

Europa ya gastaba en armas cuatro o cinco veces más que Rusia y eso no previno la invasión de Ucrania

P. Entonces todos los países europeos que están transfiriendo armas o tecnología a Israel vulneran sus propias cláusulas de la Unión Europea.

R. En mi opinión, sí. Y voy más allá. También existe un Tratado de Comercio de Armas que dice que si se tiene conocimiento de que se pueden estar produciendo crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidio, se prohíbe la compra, la venta, el tránsito, el trasbordo y el corretaje. Un posible genocidio de Israel se está dirimiendo en un tribunal internacional. Y que existen crímenes de guerra creo que se ha pronunciado ya todo el mundo al respecto. Porque si tenemos un Tratado de Armas y no aplica a la situación actual de Israel o de Yemen, ¿dónde aplica? ¿Para qué tenemos esa legislación?

P. Buena pregunta. ¿Comprar material bélico de empresas militares israelíes ayuda a mantener la ocupación ilegal de Palestina?

R. Cuanto más armas produce un país, más barato le sale el producto. Si quieres un tanque, te va a costar 10 millones de euros. Pero, si quieres 10, cada uno te saldrá por 5 millones. El Gobierno te puede decir: “Yo no quiero 10. Quiero uno”. Y la industria militar te dirá: “Vale. Yo te fabrico 10, tú te quedas con uno a mitad de precio y los otros 9 los exportamos. Tú me autorizas, haces relaciones internacionales con ellos, yo gano más dinero y a ti te cuesta menos”. Todo el mundo gana.

P. ¿Y eso cómo se vincula con la ocupación ilegal de Palestina.

R. Entonces te conviene producir mucho más de lo necesario para poder abaratar el producto que te hace falta. Eso es lo que hace Israel en los territorios ocupados. Ese tipo de operaciones militares son extremadamente caras. Totalmente inviables para un país tan pequeño. Necesita abaratar mucho la producción. Y necesita mercados. Toda Europa es un mercado para Israel. Es una de las excepciones que conozco donde comprarle armas a Israel puede ser más controvertido que exportarle. Si no eres EEUU o Alemania, claro. La gran mayoría de sus exportaciones son tecnológicas. Y España es un mercado no solamente de adquisición directa de servicios. Buena parte de los productos que fabrica España tienen componentes israelíes.

P. ¿Por qué se ha decantado el Ministerio de Defensa por SILAM?

R. Cuando se abre una licitación, muchas veces ya se tiene en mente quién puede acceder. SILAM junta una empresa nacional con buenos contactos con el Gobierno y esa tecnología punta que te aporta Israel y está probada en combate. Desde un punto de vista de los derechos humanos es cuestionable. Pero este proyecto no se discute políticamente. El Ministerio de Defensa dice que le hace falta determinado producto y se aprueba. Y el producto israelí tiene mucho que ofrecer.

P. Estamos hablando del mayor fabricante militar de Israel y uno de los más importantes del mundo.

R. Elbit Systems es la empresa más grande de Israel. Hay tres que siempre están entre las 100 primeras del mundo: Elbit, IAI y Rafael. Estamos hablando del 70% o el 80% de todo lo que exporta Israel. Las dos últimas son públicas. Elbit es privada, pero es la más grande. Y su conexión con el Ministerio de Defensa es mucho más estrecha que aquí. Tiene también una fábrica muy importante en Estados Unidos y otra en India.

P. ¿Sería factible hoy en España un acuerdo de transferencia militar tecnológica similar con Rusia?

R. No, porque hay sanciones. Hoy en día España está atada de pies y manos. No puede tomar medidas contra Israel porque sería dispararse en el pie, según dicen en el Ministerio de Defensa. Se ha generado una fuerte dependencia, no solamente de bienes, sino también en el campo de las comunicaciones. Israel ha tenido acceso durante muchos años a cosas muy sensibles de información. ¿Hasta qué punto puede hacer chantaje con esa información? Y, si has adquirido misiles o morteros, todo ese material hay que modernizarlo y mantenerlo. ¿Quién puede hacer eso? La propia empresa.

P. ¿Por qué Europa denuncia la invasión militar de Ucrania al tiempo que apoya la ocupación de Palestina?

R. No la apoya, pero no hace nada para evitarla. Es totalmente acrítica con Israel. Si este doble rasero no estuviera sobre la mesa, tendríamos otro tipo de debate. Hay muchos contraejemplos históricos que invitan a recelar. Israel no solamente está matando palestinos de la forma en que los están matando, sino que ha hecho algo que no ha hecho nadie jamás. Rusia o EEUU han ejecutado intervenciones militares y actos de agresión, pero siempre han negado una intención de matar civiles. Israel lo ha anunciado y luego lo ha hecho.

El gran problema que han tenido siempre los tribunales internacionales es demostrar la intención. Para que haya genocidio tienes que tener la intención de eliminar total o parcialmente a una población. Por eso, la primera condena por genocidio en la historia fue en el año 1998, cuando la convención data del año 1951. Es decir, tardamos 47 años en encontrar un culpable. ¿Por qué? Porque es muy difícil condenar a alguien. Nadie escribe en un papel que va a exterminar a una población. En Israel, en cambio, desde el 9 de octubre el ministro de Defensa anunció que no les iba a dar agua ni comida y que los iba a encerrar. Y cuando uno ve a Trump anunciar una limpieza étnica de manual en Gaza sin ningún tipo de tapujo es cuando uno se da cuenta de que las normas se han roto.

España ya gasta en defensa más del 2% que requiere la OTAN

P. Pero, ¿hay alguna vez en que no hubieran estado rotas?

R. Antes había unos mecanismos. La fórmula siempre ha sido negar la violación de derechos, buscar pruebas e ir a un tribunal para denunciarlo. Ahora anuncian que se van a violar todas las normas. Es un cambio. En el derecho internacional, hay dos vertientes. Una defiende el derecho de hacer la guerra y otra es qué puedes hacer en la guerra. La primera vez donde se rompieron las normas fue en Kosovo por parte de la OTAN, cuando dijo: “Sí. Esta intervención es un acto de agresión y es ilegal, pero es legítima”. Hasta ese momento lo legítimo era lo legal. Putin ha hecho lo mismo y le estará diciendo a su gente que es legítimo. ¿Cuáles son las normas que tenemos ahora? Una cosa es que existan las normas y las violes, aunque lo niegues. Porque eso quiere decir que estás respetando el marco.

P. Las normas son legítimas cuando lo dicen los grandes imperios. De hecho, no han firmado el convenio de la Corte Penal Internacional porque no se quieren someter a su jurisdicción.

R. Tiene toda la razón en eso. Pero creo que hay un elemento importante cuando alguien te dice: “Esto lo rompo y qué pasa”. Las sanciones contra Rusia han sido muy ineficaces, pero ha habido. En el caso de Israel no ha habido sanciones. Y estamos hablando de probablemente la primera vez donde se han reconocido grandes crímenes. Hablamos de limpieza étnica sin consecuencias en Europa. ¿Cómo vamos a tener el cuajo de decirle a otros países que están violando la ley? ¿Cómo se ve esto desde África? ¿Y desde Asia?

P. El Convenio para la Prevención del Genocidio obliga a los estados firmantes a actuar para evitarlo. ¿Están los estados hoy actuando correctamente?

R. Evidentemente no. El cuestionamiento es nulo. Y decimos que Israel tiene derecho a defenderse, pero no como lo ha hecho. Nunca. Desde el minuto uno ha sido ilegal.

P. ¿Un país ocupante tiene derecho a invocar la defensa propia?

R. Aquí hay división de opiniones entre los juristas. En todo caso, en lo que hay unanimidad es que no se puede hacer así.

P. Parece evidente que Israel vulnera el derecho internacional y está ocupando ilegalmente territorio palestino desde, al menos, el año 1967.

R. Ahora mismo Israel está cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad. Y esto lo reconoce hasta Biden. También existe una iniciativa por genocidio o riesgo de genocidio. Y eso no ha motivado ni siquiera un cambio de Europa en sus relaciones con Israel.

P. ¿Usted cree que una ley universal alguna vez tendrá eficacia? Ahora se usa de forma arbitraria en función de los intereses de cada bloque.

R. La Corte Penal Internacional solamente ha condenado a africanos hasta ahora. Eso es cierto. Existen muchos elementos para recelar, pero cualquier cosa es mejor que la ley de la selva o que aparezca una figura como Trump diciendo: “Aquí voy a hacer lo que me salga de las narices”. Lo otro, al menos, es el marco. Y desde hace un tiempo ese marco normativo ha saltado por los aires. Ahora puede pasar cualquier cosa. Ruanda, por ejemplo, está haciendo en Congo barbaridades y no reaccionamos tampoco. En Europa, como Ruanda es el aliado en minerales estratégicos, tampoco estamos diciendo ni pío. Hay que reafirmar la Carta de Naciones Unidas, aunque es verdad que no funciona bien y habría que hacer un montón de reformas. Quien tiene derecho a veto no va a permitir perderlo, pero, al menos, respetemos ese marco.

En una guerra abierta, la Base Logística de Córdoba sería diana militar

P. ¿Usted pondría fin al dominio de muy pocos países sobre el Consejo de Seguridad?

R. La ONU es una institución mucho más necesaria de lo que pensamos. Otra cosa es que funcione siempre bien o que le atribuyamos funciones que no puede tener. En teoría, el Consejo de Seguridad es la única entidad del mundo que puede imponer algo por encima de los estados.

P. Es una entidad genuinamente antidemocrática.

R. Aparte de eso. Hay cinco estados que tienen poder de veto y existen muy pocos países en el mundo que no estén dentro de la órbita de influencia de alguno de ellos. Si ninguna resolución se va a imponer sobre ningún país que sea aliado de alguno de esos cinco, ¿quién nos queda? Los que reciben las resoluciones: Somalia, Eritrea, Liberia.

P. Los que no tienen padrino.

R. Los que pintan muy poco en las relaciones internacionales. Muchas resoluciones son bastante vagas, pero no porque técnicamente no puedan ser mejorables, sino porque no se aprobarían.

P. ¿Las víctimas del genocidio de ayer son los verdugos del genocidio de hoy?

R. Son dos cosas diferentes. El genocidio que se perpetró en la II Guerra Mundial tocó a muchas más personas de las que tienen relación con Israel. No hablamos solamente de judíos. Y hacer una equiparación de judíos con Israel es incorrecto. Hay una parte que se siente identificada y otra que no. No me gusta establecer esa comparación. Todo lo que sucedió durante la II Guerra Mundial es extremadamente simbólico en Israel, aunque entonces no se llamaba así porque no existía el delito de genocidio en ese momento.

P. Hoy tiene incluso más gravedad. La conciencia mundial que tenemos ahora no se tenía en los años 40.

R. Que precisamente se esté acusando a Israel de cometer ese mismo delito es demoledor.

P. Y que sea Sudáfrica, un país que ha sufrido el apartheid, quien lleve a Israel ante la Corte Penal Internacional.

R. Aquí hay mucho simbolismo acumulado que nos recuerda que hemos aprendido muy poco.

P. Putin está obligando hoy a evacuar los territorios ocupados a todos los ucranianos que no formalicen su nacionalidad rusa antes de septiembre. ¿Estamos ante una operación de limpieza étnica?

R. Sí. El problema que tiene la limpieza étnica es que no está tipificada como delito internacionalmente. Esa definición es subjetiva. Pero, ¿por qué no se puede interpretar aquí? Lo que pasa es que vamos a encontrar mucha discrepancia de opiniones. Es difícil decir que lo que estaba haciendo Israel en Gaza o lo que pidió Trump no es limpieza étnica.

P. ¿La limpieza étnica no está tipificada en el ordenamiento jurídico internacional?

R. No tiene definición jurídica. No de esa manera. Está prohibida pero no con esas palabras.

El Estado de bienestar es incompatible con esta espiral militarista

P. Transferencia forzada de población.

R. Eso es. O su exterminio, incluso. Podría incluirse como crimen de lesa humanidad o incluso vinculada al genocidio.

P. ¿Qué consecuencias geopolíticas tiene la alianza de facto que se está produciendo entre Trump y Putin?

R. Es una de las grandes paradojas y quizá un buen elemento para recelar del discurso oficial. El argumento para rearmarse es que no podemos confiar en Estados Unidos porque no va a cumplir con sus obligaciones dentro de la OTAN. Entonces la amenaza también es Trump, ¿no? Y, si no funciona la OTAN, ¿qué hacemos dentro?

P. El Índice de Paz Global certifica un repunte de la violencia en la última década.

R. Es muy difícil hacer análisis comparativos. Quizás en la Guerra Fría había también mucho nivel de violencia. Están pasando cosas hoy que no tocaban. El Estado de bienestar es incompatible con esta espiral militarista. Cuando acabó la II Guerra Mundial, el mundo dijo: “Esto no puede volver a pasar”. A partir de ahí se hicieron muchas cosas. Ahora está pasando justo al revés. Lo que no puede pasar es una guerra y menos implicando a Rusia, que tiene armas nucleares.

P. En el Índice de Paz Global, los 10 primeros países gastan muy poco en defensa. El primero no tiene Ejército, Islandia, y solo cuatro forman parte de la OTAN. El país que más gasta en armamento, EEUU, está en el puesto 133 y Rusia más abajo. ¿Qué conclusiones podemos sacar?

R. No existe una correlación necesaria entre gasto militar y criminalidad. Un ejemplo puede ser Nigeria. Históricamente ha gastado poco en defensa y siempre está en guerra. Este sería un contraejemplo. Lo que está claro es que el objetivo es cómo vives de bien. En España vivimos muchísimo mejor que en EEUU.

P. ¿Por qué?

R. Tenemos mucha más seguridad humana. Es decir, tienes un Estado que te va a proteger en caso de necesidad y en términos de salud o educación. Allí es una locura. O lo que está pasando con las drogas en EEUU. Y ya no estoy hablando de portar armas. Si Islandia está arriba en la tabla es por allí se vive bastante protegido. Si uno mira los que están al final de la tabla son países en guerra. Viven peor que en países donde hay una criminalidad elevada. La guerra es simplemente no poder planificar tu mañana. Que, de pronto, se acaba todo. Y todo lo que has construido en tu vida está amenazado.

Si el Tratado de Armas no se aplica en Israel o en Yemen, ¿para qué tenemos esa legislación?

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