La que podría ser la campana más antigua de La Rioja sigue bajo los escombros de la torre de Viguera
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Dos campanas de Viguera ya han sigo recuperadas, con esfuerzo y emoción, entre los escombros del derrumbe de la torre. Con ellas han emergido multitud de historias y leyendas y, sobre todo, ha resonado el eco de generaciones que han visto -y escuchado-con esperanza como vuelven a repicar.
La que todavía no ha sido localizada es la más antigua, y creen en Historia de Viguera, que podría la campana más antigua de La Rioja y una de las más de España. Fue refundida en el año 1520, lo que indica que podría ser mucho anterior, ya que las campanas pueden tener una vida de entre 100 e incluso 200 años.
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A diferencia de otras del campanario, esta no tiene ningún nombre especial. Cuenta con una inscripción en griego y latín y una cruz de San Andrés. “En el medio hay una cruz con pedestal, todavía de forma antigua, lo que indica que es de las primeras en aparecer en campanas, hacia la segunda década del 1500”, explica Valentín Sáenz de Santiago.
Esta campana antigua ha favorecido la teoría, todavía sin confirmar, de que la campana María de la concatedral de La Redonda de Logroño podría ser de Viguera, puesto que el templo es posterior a la campana y dada la importancia eclesiástica del municipio. “Fue la primera sede episcopal de La Rioja, ya que tenemos escritos de autores de que en 1305 se nombró al primer obispo de Viguera en primer concilio que se celebró en la Península Ibérica”, explica.
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Mientras esperan encontrar esta campana y así, aprovechar para confirmar su valor e importancia histórica, la esperanza empezó a llegar tras la tragedia con la recuperación en los últimos días de las campanas de Nuestra Señora del Rosario, que da nombre también a la ermita, y del Ecce Homo, el patrón de Viguera. Con su recuperación, a los vecinos de la localidad se les empieza a devolver un trozo de su pasada y de su historia.
“Y no solo eso: nos ha dado un nombre, un rostro, un guardián de su sonido”, apunta Valentín Sáenz. El nombre es el del párroco Anselmo Reinares Blanco, que refundió en 1949 las campanas ahora recuperadas, tal y como quedó reflejado en las propias campanas. Reinares fue un párroco muy querido en el pueblo. En la Navidad de 1949, repartió dulces y juguetes entre las familias más necesitadas del pueblo, en un hecho que incluso recogió la prensa de la época. Con la recuperación de las dos de las cuatro campanas, algunos vecinos han conocido por primera su historia. “Su rostro emerge del tiempo para recordarnos que nuestra iglesia no es solo un templo, sino el alma de un pueblo”, dicen desde Historia de Viguera, mientras esperan encontrar la campana más antigua.
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