Cinco síntomas habituales que sufrimos con el cambio de hora

Aunque los teléfonos inteligentes ya lo hacen de manera automática, este próximo domingo por la mañana nos tocará volver a cambiar los relojes que tenemos repartidos por toda la casa. Y haciéndolo, además, después de dormir una hora menos. Pero, más allá del pequeño rato de adelantar las manecillas, hay muchas personas que suelen sufrir algunos síntomas tras este nuevo e inminente cambio de hora.
Uno de los efectos más habituales es, precisamente, no poder dormirse a la hora deseada. Mentalmente, no dejamos de pensar, los primeros días, que vivimos en un horario diferente. Y eso suele alterarnos el sueño porque, además, toca irse a dormir con más luz en la casa.
Un tiempo de adaptación
Los expertos insisten en que el cambio de hora se introdujo para aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo de energía, pero es cierto que el cuerpo puede tardar entre 2 y 7 días en adaptarse completamente al nuevo horario, dependiendo de la persona. Durante esos días de adaptación, la falta de atención y de concentración es otro de los síntomas más habituales que sufren aquellos ciudadanos obligados a cambiar la hora la madrugada del próximo sábado.
El cambio de hora altera nuestros ritmos circadianos, lo que también puede causar irritabilidad y cambios en el estado de ánimo. La sensación de tristeza ocurre más con el cambio que hacemos para adaptarnos al horario de invierno, el que se producirá en el mes de octubre. Pero sí que podemos notar, tras ambos cambios, emociones difíciles de describir.
Por mucho que el despertador suene a la misma hora, sabemos que hay algo que ha cambiado. Que dormimos más o menos que hasta hace poco, lo que también puede hacernos sentir hambre, falta de apetito, antojos o la sensación de estar llenos a horas intempestivas o tras una comida.
Por último, también podemos detectar, sobre todo en personas mayores o bebés, determinados efectos relacionados con la mencionada alteración de los ritmos circadianos, que pueden influir en la secreción hormonal, la digestión o la temperatura corporal.
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