22 años de cárcel por matar, descuartizar y “profanar” el cuerpo de la presidenta de su comunidad de vecinos en Carabanchel

Algo de paz llega dos años después del brutal asesinato de Pilar Moreno, la presidenta de una comunidad de vecinos en Carabanchel. Este distrito de Madrid vivió días aciagos desde que saltó la alerta por su desaparición: una mujer de de 68 años que vivía sola en un bloque de la zona, en Vista Alegre, parecía haberse ido sin dejar rastro.
Llevaba menos de medio año ejerciendo como presidenta en el edificio y una de residentes, Marta Carretero, decidió acabar con su vida después de intentar falsificar unos pagos a la comunidad de propietarios. En Pilar vio un peligro, temiendo que pudiera reclamarle los justificantes o destapar su engaño. La Audiencia Provincial de Madrid acaba de emitir una sentencia: su asesina pasará 22 años en la cárcel por delitos de falsedad documental, asesinato con alevosía y profanación de cadáver.
La Fiscalía pedía 13 años de prisión por homicidio doloso, premeditado, y 70.000 euros en responsabilidad civil a cada uno de los hermanos de la víctima, tres en el total. No obstante el veredicto ha ampliado la pena por darle muerte a 20 años, a lo que se suma otro año y medio por falsificar facturas y cuatro meses más por profanar el cuerpo. Lejos queda de la petición de la familia, que solicitaba 28 años de cárcel por el crimen contra Pilar.
Según el auto, al que ha tenido acceso Somos Madrid, la asesina acudió en la mañana del 27 de febrero de 2023 al inmueble con una maleta de grandes dimensiones, en la que “tenía intención de introducir el cadáver” de la presidenta de la comunidad después de matarla. Marta Carretero acabó con su vida en el domicilio y, tras limpiar y “eliminar los restos de sangre”, metió su cuerpo en la maleta que traía y la guardó en el Peugeot con el que había viajado hasta allí.
Acto seguido condujo hasta Las Ventas con Peña Aguilera, un pueblo de Toledo a más de 115 kilómetros de allí y en el que apenas viven unos mil habitantes. A su casera le dijo que hubo un error en los pagos y que finalmente había podido ingresar el dinero que debía al banco, pero era mentira. Para convencerla aportó “dos recibos falsos”, tal y como se hace constar en la sentencia, que “aparentaban ser librados por Ibercaja” y con los que pretendía “justificar el pago por transferencia de las sumas de 545 y 500 euros” que se le requerían.
Aunque durante el juicio la vecina esgrimió haber llevado la maleta el día de la muerte de Pilar únicamente para recoger enseres que aún le quedaban en el piso, no convenció al jurado popular. Sobre la reciente condena aún cabe recurso de apelación, que tendría que presentarse en los próximos 10 días a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia.
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