Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

El hijo del hombre que fumaba Ideales

Jorge Gay
22 de marzo de 2025 05:30 h

0

Es el pintor Jorge Gay, Premio Especial Ciudad de Zaragoza al Mérito Cultural 2025 e Hijo Predilecto de Zaragoza en 2009. Así denominó al mural que dibujó en 1984 coincidiendo con el inicio de la restauración del edificio Pignatelli como sede de la Diputación General de Aragón (DGA). Está localizado en el acceso principal desde el Paseo María Agustín después de subir las escaleras.

En un extremo del mural aparece al autor con un paquete de Ideales en la mano y en el otro su padre que, como muchos otros padres en aquellos años, era el que fumaba esos cigarrillos de posguerra que popularmente se denominaban caldo, como si fueran pastillas de avecrem: “18 cigarrillos selectos al cuadrado, papel blanco”, envueltos en un inconfundible diseño azul de aire decó que se atribuye a Carlos Vives.

Un hermoso recuerdo a su padre, maestro de profesión, que en un verano de acuarelas al aire libre en La Codoñera inspiró su vocación artística que pasaría por la Academia Cañada de Zaragoza, las Escuelas de Bellas Artes San Jorge de Barcelona y San Fernando de Madrid, Roma, Venecia y París. Aquel día en La Codoñera vivió el prodigio de observar cómo su padre detenía el tiempo al inmortalizar en su lienzo una bandada de cuervos que sobrevolaban el limpio contorno del pueblo y de su iglesia.

Casualmente el mural está a pocos metros de donde estuvo la casa de la familia Gay en el antiguo Hogar Pignatelli, un mundo de casonas con orfanato incluido. Fue su mundo durante la infancia, entre la estación Campo Sepulcro, después El Portillo, y la plaza de toros, y continúa siéndolo porque en ese barrio tiene su estudio donde trabaja a diario con perseverancia, intensidad e inconformismo, rodeado de sus libros, de sus recuerdos y del silencio.

Y mira por dónde fue el Hogar Pignatelli donde se asentó la sede de la autonomía por decisión del primer Gobierno elegido democráticamente en 1983 y presidido por Santiago Marraco. No sin una dura oposición por el coste económico, la campaña de recuperación del Pignatelli, impulsada por el consejero Andrés Cuartero, la inmortalizó una litografía de Jorge Gay en la que se veía de espaldas a un arquitecto, gabardina con las solapas arriba, manos entrelazadas detrás con una regla y un cartabón, que miraba desde la distancia un espacio abierto con una casona al fondo bajo un horizonte azul. Una litografía generacional que está en muchos de los hogares de los que nos iniciamos profesionalmente a finales de los 70 y comienzos de los 80 extra motivados por el sueño y el anhelo autonómico.

Así denominaría diecisiete años después a su segundo mural, 'Aragón, sueño sostenido y anhelo armónico', que se localizó en la escalinata de acceso al despacho del presidente de Aragón en 2021.

Desde entonces, la trayectoria artística de Jorge Gay, y en concreto su obra mural, ha ido en paralelo al desarrollo de la autonomía, del municipalismo, de los equipamientos culturales y de la democracia. Alegorías a la democracia en la sede de la Diputación General  de Aragón, en las Cortes de Aragón en un pasillo que rodea el hemiciclo, 'La estancia del guardián y la llegada de la luz', y en la Delegación del Gobierno para cubrir los símbolos franquistas, 'La ciudad de la Paz'.  

También dejó su obra mural con evocaciones de su paso por Venecia junto a los camerinos del renovado Teatro Principal, símbolo junto con el Museo Pablo Gargallo del renacer cultural de Zaragoza con los primeros ayuntamientos democráticos. Allí inició su colaboración artística con el arquitecto José Manuel Pérez Latorre. Pintor y arquitecto tenían sus despachos a escasos metros entre la calle García Galdeano y el paseo María Agustín. Colaboración que continuaría en el Auditorio.

Y no solo en equipamientos culturales sino también deportivos como el del Centro Ramiro Solans en el barrio Oliver e incluso religiosos como el retablo clásico, 'A los que aman', de la iglesia de Santa María de Nazaret a caballo de los barrios del Picarral y de Zalfonada inaugurada en 2010.

Unos cuantos años antes, en 1995, su boceto ganador para pintar una bóveda entre el coro y la Cúpula Mayor de la basílica del Pilar, “Regina Pacis”, había sido desechado por el Cabildo sin que se llegaran a conocer los motivos. La iniciativa había partido de 'Heraldo de Aragón' para conmemorar el centenario de su nacimiento. Con la Iglesia hemos topado como toparon al menos otros cuatro intentos con las propuestas de Dalí, de Antonio Saura, de hasta seis pintores aragoneses (Aransay, Baqué Ximénez, Bayo, Blanco, Cano y Martínez Tendero) y finalmente de Antonio López.

Jorge Gay, que se define como pintor figurativo, también dio un vuelco a la rigidez de la sala de retratos de los alcaldes en la casa consistorial pintando a un Juan Alberto Belloch oreado por el viento, con gabardina, pañuelo al cuello y libros en la mano, levitando por encima del Ebro entre el puente de Piedra y el del Tercer Milenio. Un guiño a la transformación de la ciudad con motivo de la Expo 2008.

Sentado en su estudio una tarde de marzo, Jorge Gay lee a un grupo de un taller teatral unos párrafos de un libro de Luis Landero, 'Entre líneas: el cuento o la vida', mientras repite que lo más importante es lo que hagas mañana, que no se detenga la tensión creativa ni en el duermevela. Y les confiesa que enamorado de la luz y de los colores vivos ahora, no sabe por qué, se ha pasado a los oscuros, al óleo parecido al carboncillo. 

Podría ser por el paso del tiempo o podría ser por las incertidumbres y los miedos que nos zarandean en estos tiempos de reacción y de amenazas bélicas. En uno de los altos de su estudio se lee una inscripción en letras de pan de oro: “De todo lugar mana música dulce para nieves”. Nieves, su gran amor, siempre presente en su vida y en su obra. Nieves y Zaragoza, “el huerto al que volví”.

Sobre este blog

El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

Etiquetas
stats