Pradales cree que el escenario internacional ofrece “oportunidades” a Euskadi para dar un “salto” como país

Mientras el mundo contiene la respiración tras el inicio de la segunda etapa de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el lehendakari, Imanol Pradales, entiende que al tiempo que existe incertidumbre ante una “nueva era más compleja e incierta” también hay un escenario “apasionante” con “oportunidades” para que Euskadi dé un “salto” y se posicione como país en el concierto internacional. “Debemos aprovechar las oportunidades que tenemos delante, al igual que lo hemos hecho en innumerables ocasiones a lo largo de nuestra historia. Toca volver a situarse”, ha solemnizado Pradales en la presentación de su estrategia de internalización, que lleva por 'claim' la marca “Euskadi Globala”.

Pradales ha convocado a un centenar de agentes políticos, empresariales, sociales y culturales en Albaola, en Pasaia, para presentarles las bases de su política exterior. El escenario elegido no era casual y así se lo ha explicado el lehendakari, que ha vuelto a optar por una intervención de pie, sin corbata y más informal. En ese lugar se construye ante el público una réplica de la nao San Juan, usada por los vascos que cazaban ballenas en el siglo XVI. El lehendakari ha descrito esas singladuras en Canadá como grandes hitos vascos en el mundo. En Terranova hay lugares con nombres en euskera y con la grasa de aquellas ballenas se iluminaban ciudades como París.

“En aquel contexto de incertidumbre, guerras y cambios globales del siglo XVI los vascos ya buscábamos nuevas rutas marítimas para mantener nuestra identidad, prosperar y crecer”, les ha dicho Pradales, que ha asegurado que el pueblo vasco mantiene ese mismo “espíritu” y “ambición” en el presente. Sin concreciones sobre medidas específicas por el momento, el lehendakari sí ha dejado como titular que Euskadi tiene que “dejar de ser un país que sale fuera a ser un país que juega fuera”, es decir, “que juega la partida en el mundo”.

La política exterior de Pradales, dirigida por Ander Caballero, que también ha intervenido, aspira a “tejer nuevas redes” y en variados ámbitos como la economía, la cultura, la ciencia o el turismo. Se trata de “tener voz propia en las mesas en las que se toman las decisiones relevantes”. El lehendakari, eso sí, deja claro que el “campamento base” es la Unión Europea. De hecho, la próxima semana realizará el segundo viaje en dos meses a Bruselas. En el anterior tuvo una primera toma de contacto con las instituciones comunitarias pero aún no había tomado posesión la nueva Comisión dirigida, por segunda vez consecutiva, por Ursula von der Leyen. En esta ocasión tiene ya agendadas varias reuniones con el nuevo equipo, incluida la española Teresa Ribera.

En noviembre, coincidiendo con la presentación de los presupuestos de 2025, el nuevo responsable de Acción Exterior ya dio algunos detalles de los cambios que se quieren introducir en esta legislatura. En la memoria de los presupuestos se recoge que “este año será también empleado para revisar y reforzar la red de Delegaciones de Euskadi, con el objetivo de adaptarse a las nuevas dinámicas internacionales y asegurar la defensa de los intereses vascos en regiones prioritarias”.

“Esto incluye continuar con la expansión y consolidación de las delegaciones existentes en Europa, propiciando la apertura de la Delegación de Euskadi en Madrid. Y, en América, convirtiendo la Delegación de Euskadi para Estados Unidos en Delegación de Euskadi para Estados Unidos y Canadá, separando en dos delegaciones propias la Delegación de Chile y Colombia y convirtiendo la Delegación de Euskadi para Argentina-Mercosur en la Delegación de Euskadi para Argentina y Uruguay”, se indica. En el caso de la de Madrid, la oficina existe pero fue sacada de la red exterior en el mandato de Patxi López para rebajar la connotación política. El último delegado en Madrid fue Pello Caballero, padre del actual secretario de Acción Exterior de Pradales. En la actualidad, la red de delegaciones incluye la de Estados Unidos, con sede en Nueva York, la de México, ubicada en el D.F., la de Argentina y Mercosur, con oficina en Buenos Aires, la de Chile, Perú y Colombia, radicada en Santiago, la de Francia, recién abierta en París -pero no en el palacio Marceau objeto de polémica-, y la de la Unión Europea, en Bruselas.