Los empresarios de Madrid piden a Almeida una “tasa Cervantes” para turistas, al igual que la oposición

Los empresarios madrileños quieren regular el turismo en la capital. Madrid Foro Empresarial, la asociación que agrupa a más de 300 emprendedores de la ciudad, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate referente a la implantación de una tasa turística en Madrid. Su presidente, Hilario Alfaro, defiende la necesidad de un modelo impositivo que grave el turismo para mejorar la calidad de los servicios y fortalecer el sector, siguiendo la senda de otras grandes capitales como París, Roma o Nueva York.

“Madrid debería aspirar a un turismo de altura, que es el que deja dinero y empleo de calidad”, afirmaba ya en 2019 Alfaro en una entrevista en Radio Nacional Española. Con estas palabras, el empresario subrayaba la importancia de atraer visitantes con mayor poder adquisitivo, que generen un impacto positivo en la economía local. Para ello, planteaba la creación de la denominada “tasa Cervantes”, que podría recaudar hasta 44 millones de euros anuales, según estimaciones de la asociación.

El objetivo de esta iniciativa es doble: por un lado, dotar a la ciudad de más recursos para mejorar la oferta turística y, por otro, reducir los efectos negativos del turismo masivo, que, en ocasiones, repercute en la calidad de vida de los residentes y en la conservación del patrimonio. La propuesta es una de las principales apuestas de la organización empresarial y forma parte de su hoja de ruta para los próximos 15 años. Los empresarios plantean la tasa Cervantes como uno de los objetivos que el Ayuntamiento de Madrid debería cumplir antes de 2040.

La iniciativa, de alguna manera, se plantea en consonancia con las medidas de regulación del turismo propuestas por la oposición del Gobierno municipal. Hace tan solo unos meses, Más Madrid reclamaba implementar una tasa turística, la misma que ya cobran 137 ciudades de 20 países europeos, para que los beneficios del turismo no se queden en pocas manos y “destinar los 65 millones de euros que se recaudarían cada año a promover vivienda pública”.

La portavoz de la oposición, Rita Maestre, defiende un modelo de turismo que no dé la espalda a los vecinos ni convierta Madrid en un “decorado”. La idea no es nueva, ya fue defendida por la concejala Sara Ladra en esta tribuna abierta y Maestre lanzó la propuesta a Almeida en junio del año pasado. El alcalde la despachó asegurando que la capital perdería “competitividad” si la implantara. Lo que sí supone una novedad es el destino de la recaudación por la tasa turística, ya que Más Madrid también ha pedido anteriormente que se dedicaran esos recursos a contratar más inspectores y detectar así a mayor velocidad los miles de pisos turísticos ilegales que operan en la capital.

La aplicación de un impuesto como este es una estrategia común en las principales urbes receptoras de turistas. En París, los visitantes pagan entre 0,25 y 5 euros por noche, dependiendo del tipo de alojamiento. En Roma, la cantidad oscila entre los tres y siete euros diarios, mientras que en ciudades como Nueva York, se incluyen tasas en las facturas de los hoteles y otros servicios turísticos.

En España, Barcelona es el mayor exponente de este tipo de gravamen. La ciudad catalana aplica una tasa desde 2012 y ha ampliado progresivamente las tarifas en función del tipo de hospedaje. El Ayuntamiento destina estos fondos a mejorar la infraestructura y los servicios turísticos. Sin embargo, en Madrid, la medida aún no ha sido adoptada, pese a que la capital ha experimentado un crecimiento constante en el número de visitantes.

La propuesta de Más Madrid ya se votó en el Pleno de Cibeles en junio de 2024. En aquel momento, tanto PP como Vox se mostraron contrarios a la iniciativa y la delegada de Hacienda del Gobierno municipal, Engracia Hidalgo, tachó la iniciativa de enmarcarse en “una pobreza de miras”. Por su parte, el PSOE se abstuvo y su portavoz, Reyes Maroto, incidió en que la aplicación de la tasa “no evita que la gente venga” y por lo tanto, no es una solución. “Tenemos que ir a un modelo donde la tasa forme parte de un debate más profundo relacionado con la desconcentración de esos flujos y la generación de talento para que la calidad sea el adjetivo que se use, no el de la cantidad, cuyo modelo está fracasado”, remarcó la portavoz socilista.

Madrid Foro Empresarial no solo aboga por la tasa turística, sino que también plantea otras propuestas para fortalecer el sector. Entre ellas, destaca la necesidad de ampliar las conexiones aéreas con mercados estratégicos y agilizar los trámites de visado para facilitar la llegada de viajeros de países extracomunitarios.

La propuesta no está exenta de polémica. Mientras que algunos sectores la ven como una oportunidad para mejorar los servicios y consolidar el turismo de calidad, otros consideran que podría afectar negativamente a la competitividad de la ciudad frente a otros destinos. Las administraciones locales han mostrado, hasta ahora, reticencias a aplicar este tipo de gravamen. Sin embargo, el crecimiento sostenido del turismo y las necesidades de inversión en infraestructuras y servicios mantienen latente el debate.

Diez propuestas para el Madrid del futuro

La tasa turística forma parte de una de las diez iniciativas estratégicas de Madrid Foro Empresarial para impulsar el desarrollo de la región de cara a 2040. Entre ellas, se cuela además la construcción de la noria más grande del mundo en el parque Tierno Galván, un segundo aeropuerto para la Comunidad o la puesta en marcha del AVE Madrid-Lisboa.

También plantean la reapertura del Palacio de Congresos de la Castellana para 2028, la ampliación de Ifema como epicentro de ferias y congresos, la creación de un monitor de absentismo laboral, uno nuevo plan de vivienda para jóvenes, la creación de una consejería de Industria, Innovación y Tecnología y la más ambiciosa: el impulso a la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2040. Diez objetivos que, como mucho, deberían lograrse en los próximos 15 años.

Madrid Foro Empresarial defiende un modelo de desarrollo basado en la libertad empresarial y el progreso social, rechazando subvenciones públicas y actuando como interlocutor entre el sector privado y las administraciones. Desde la organización apoyan un modelo de colaboración entre el sector público y privado para materializar estas iniciativas y garantizar el crecimiento sostenible de la ciudad.