Los bares de Sevilla le declaran la guerra al ayuntamiento por una ordenanza que les puede cerrar más de 12.000 veladores

Al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), se le ha abierto una inesperada vía de agua con un sector al que en los últimos años no ha dejado de lanzarle guiños. Los hosteleros están que trinan porque en marzo se envía al pleno municipal la nueva ordenanza de veladores, que ven como veneno para un sector que –según sus cálculos– perdería hasta 8.000 puestos de trabajo por la desaparición de más de 12.000 mesas en las terrazas, el 40% de las existentes. Y mientras los bares claman al cielo, el gobierno local subraya que su apuesta es “por la convivencia y consenso entre el sector hostelero y los vecinos”.
La Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia ha tirado de galones este martes para defender su aportación económica a la capital, ya que hablamos de 4.500 establecimientos y 50.000 trabajadores. Con esos poderes, denuncia que se ha encontrado con que sólo se ha atendido una de sus 42 alegaciones al borrador del texto (para que las mesas puedan ser rectangulares, además de redondas y cuadradas), y que encima se ha dado marcha atrás a cuestiones pactadas como retrasar una hora el cierre en las numerosas zonas saturadas de ruido (ZAS) que hay en la ciudad.
El encontronazo en la última reunión fue tal que los representantes del sector se levantaron y se fueron. “No fue un acto de chulería”, explica su presidente, Alfonso Maceda, que simplemente esgrime que “si en un sitio no te quieren, te vas”. Y deja una advertencia en el aire: “Espero que no tengamos que tomar ninguna medida de presión”, que en todo caso habría que ver primero en qué consistiría, un terremoto provocado por unos veladores que “son una demanda ciudadana”.
Se agranda el espacio que debe estar libre
El gobierno local del PP, por su parte, reitera que se lleva trabajando en la norma más de un año, que se han aceptado alegaciones de todos los sectores y que mantiene abierta una vía de diálogo, aunque da el texto por cerrado. Además de incidir en que la comisión municipal de veladores ha abordado la cuestión en cinco reuniones, cuando no se convocaba desde 2017, el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa (PP), ha puesto el acento en que la ordenanza “debe adecuarse también a las diferentes normativas europeas que han entrado en vigor desde el año 2012”, fecha de la todavía vigente.
Los hosteleros dicen que eso no es tan así, de hecho Maceda pone como ejemplo una de las nuevas obligaciones con la que muchos no van a poder cumplir: tiene que haber un espacio de 1,80 metros entre la pared y los veladores, cuando ahora la distancia obligatoria es de metro y medio, “que es bastante razonable”. Aquí el gobierno local argumentaría que está obligado por una norma superior, que según el sector sólo es aplicable a elementos fijos anclados al suelo. “Esto puede afectar al cien por cien de los establecimientos de Sevilla, nos parece gravísimo”.

A esta cuestión le suman un régimen sancionador “desproporcionado” porque es el que se aplica al sector de la edificación, con multas que pueden llegar a 120.000 euros. Lo de los veladores centra el debate, pero también pueden caer sanciones “si se vuelan papeles, si faltan papeleras o si una familia junta dos mesas y coge dos sillas de la de al lado”. Y no es –se alega– por regatear las multas, porque el mismo sector reconoce que “tiene que haber sanciones” y que propusieron triplicar las que se imponen por primera vez por exceso de mesas en un bar, pasándolas de 600 a 1.800 euros.
Desilusión con el alcalde
Pero por encima de todo, el colectivo transmite una enorme desilusión con José Luis Sanz y su gobierno, “una decepción total porque creíamos que íbamos muy de la mano” y porque “se nos dijo que nos iban a apoyar en todo lo que quisiéramos”. Aquí Maceda carga contra la decisión de crear la figura del establecimiento singular para darle cobertura a la campaña que impulsó el regidor de “los tanques a la calle” para que se pudiese consumir a la puerta del bar.
“Eso fue una idea del propio ayuntamiento que veíamos discriminatoria con el resto de establecimientos”, recuerda, antes de calificar la iniciativa como “un timo”. “No hay ninguno que vaya a reunir los requisitos”, apostilla, un desengaño que suman a la masiva prohibición de veladores por la procesión Magna de diciembre o a que en la app sólo se puedan denunciar irregularidades en hostelería.
Por no hablar del incumplido compromiso de Sanz de acabar con la ley seca en la Madrugada en Semana, “una reivindicación que es más de imagen que económica porque parece que tenemos la culpa” de incidentes que se puedan producir en la vía pública. Antes al contrario, “el establecimiento de hostelería es un refugio cuando ocurre algo en la calle”.
El presidente de la asociación, que considera que “hay muchos hosteleros que todavía no saben lo grave” que es para ellos la nueva ordenanza, ha apuntado que por encima de todo “pedimos respeto”. “A pesar de ser un sector fundamental en la ciudad se nos odia mucho, todo siempre es malo”, ha lamentado, antes de reconocer que “nos gustaría que nos quisieran un poquito más”.
2