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CRÓNICA
Andalucía empieza a respirar ambiente electoral a un año y medio para las urnas: “¡A ver si convocan ya!”

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, en la sesión de control del Parlamento.

Daniel Cela

Sevilla —
20 de marzo de 2025 18:47 h

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Las elecciones en Andalucía están marcadas en el calendario en la primavera de 2026. En el Gobierno de Juan Manuel Moreno asumen que los partidos entrarán en campaña mucho antes, a la vuelta del verano, y que después del 28 de febrero –día de Andalucía– “todo ya serán elecciones”.

La disolución del Parlamento es una potestad exclusiva del presidente de la Junta. Si apura hasta el final, convocará tras la Semana Santa de 2026. Pero eso no es lo que se respira este jueves en la Cámara andaluza, donde los partidos han elevado el tono de una legislatura hipotensa, intensificando sus ataques como si acabaran de escuchar el disparo de salida en la carrera electoral.

Moreno asegura que no tiene intención de adelantar los comicios, aunque hoy el PSOE andaluz se lo ha pedido expresamente. “¡A ver si convocan elecciones ya...!”, ha verbalizado la diputada y exportavoz socialista, Ángeles Férriz, como colofón a la ristra de reproches que ha volcado sobre la consejera de Salud por la presión asistencial, las listas de espera y los contratos a dedo con la sanidad privada que investigan la Justicia.

Férriz ha explicado luego, en los pasillos, que su reclamación no responde a una estrategia política de partido, no es algo que el PSOE andaluz de María Jesús Montero, recién nombrada secretaria general, haya decidido exigir ahora a Moreno para precipitar las urnas. En realidad los socialistas quieren tiempo para cerrar sus congresos provinciales y locales –de aquí al verano–, activar a la militancia y a las casas del pueblo en clave de campaña electoral e intensificar la presión al Gobierno del PP, con una mayor presencia de su candidata en Andalucía.

Pero las sesiones de control al presidente, que se celebran cada 15 días, no suelen ser como las de hoy. No hay electricidad estática en los discursos ni se percibe cierta urgencia en sus señorías, no se respira un ambiente electoral precipitado, como el que emanaba del cara a cara con tensión acentuada que ha protagonizado el dirigente popular con sus rivales.

Del precio de las VPO al pacto de Mazón con Vox

Las izquierdas han atacado a Moreno con políticas sociales, sobre todo con la falta de vivienda pública accesible, el gran tema de las próximas elecciones, junto con la sanidad. “¿Usted ve razonable que una VPO cueste 350.000 euros?”, le ha preguntado el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, en alusión a los precios de la promoción de vivienda protegida del Ayuntamiento de Sevilla (PP). “Su Gobierno ha elevado el umbral de renta para acceder a una vivienda protegida hasta los 60.000 euros, es decir, un salario de 4.600 euros al mes. Los diputados de este Parlamento pueden optar a esa VPO, usted, que cobra más de 83.000 euros, puede optar a esa VPO”, le ha espetado García.

Pero el presidente de la Junta se ha mostrado más incómodo y al contraataque duro con el portavoz de Vox, Manuel Gavira, que ha esgrimido el pacto que acaban de firmar con su homólogo en Valencia, el presidente Carlos Mazón, abrazando el negacionismo climático y el discurso xenófobo contra los inmigrantes. En el PP andaluz, ese acuerdo ha tenido el efecto contrario que tuvo la ruptura de pacto de los gobiernos autonómicos con Vox: “Entonces respiramos, hoy resoplamos”, dice un dirigente regional.

En el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, preocupa ese pacto, sobre todo, el previsible uso que harán los socialistas en la próxima campaña electoral. “¿A qué viene este acuerdo ahora? Si el primero ya le hizo un daño evidente a Feijóo”, dice un miembro de la Junta, convencido de que el presidente de la Generalitat Valenciana lo ha hecho para seguir aforado y protegerse de una imputación en la causa judicial que investiga la gestión de la DANA, que dejó más de 200 muertos.

“Aprenda de Valencia”

El portavoz de Vox ha arrancado su intervención lanzando al aire el acuerdo con Mazón para exigir a Moreno que siga el camino valenciano, “y van a venir otras comunidades autónomas”, ha dicho Gavira, en referencia a gobiernos regionales del PP que dependen de la ultraderecha para aprobar sus Presupuestos este año (Murcia, Aragón, Castilla y León...).

Esta encrucijada daña más a Alberto Núñez Feijóo que al presidente andaluz, blindado con una mayoría absoluta, y “absolutamente convencido” de que el camino en Andalucía pasa por distanciarse del partido de Santiago Abascal. “Reniegue del Pacto Verde y no acepte a ningún MENA más. Aprenda de Valencia”, le ha espetado Gavira. “Su posición es minoritaria y radical. Fanatismo climático es negar las evidencias científicas. Nosotros somos gobierno y los gobiernos cumplen las leyes”, le ha replicado Moreno, distanciándose de la posición de Mazón tanto en materia ambiental como en política migratoria.

En el PP andaluz ven “nerviosos” a los socialistas, pero no perciben indicios de adelanto electoral. Tienen sondeos internos que reconocen que la designación de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como líder del PSOE andaluz ha servido de acicate a la militancia del partido, que llevaba años alicaída y desmovilizada. Pero las mismas encuestas, dicen, no muestran a Montero como “un revulsivo” para la sociedad andaluza, no agitan a la base social que solía respaldar al PSOE en las urnas y ahora vota a Moreno.

Esa frontera del voto del PP andaluz con el centro-izquierda es lo que el presidente de la Junta quiere afianzar, por eso esta semana se ha visto obligado a hacer equilibrios para defender el pacto presupuestario de Mazón con Vox para reconstruir Valencia –avalado por Feijóo–, a la vez que se aleja del discurso negacionista del cambio climático y racista importado de la ultraderecha.

El croquis mental del PSOE

Los socialistas andaluces se creen más fuertes y decididos desde que los comanda Montero gracias, también, a que ahora cabalgan sobre una clara estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez por volcarse en las comunidades y ciudades gobernadas por el PP.

Los estrategas de la calle San Vicente, sede del PSOE-A, han hecho un croquis mental en el que prevén (ansían) que coincidan las elecciones andaluzas con las generales, para así amarrar los 400.000 votos de diferencia entre el resultado que obtuvo el PSOE en las primeras, con Juan Espadas en el cartel electoral, y el logrado en las segundas, siendo Sánchez el candidato.

En ninguna de las dos ganaron, pero importar el resultado de las generales a las andaluzas podría arrebatarle al PP la mayoría absoluta y abocarle a un nuevo pacto con la ultraderecha (Moreno ya fue investido en 2018 con los votos de Vox, como le ha recordado hoy Gavira: “Usted es presidente gracias a Vox y en vez de estar agradecido, está en la permanente estafa”.

En el entorno del presidente andaluz piensan justo lo contrario, que una coincidencia electoral será nefasta para sus rivales. “Juanma tiene mucho voto antisanchista y de izquierdas. Hay andaluces que votan al PP en Andalucía y al PSOE en Madrid. Si les dan a elegir, se quedarán con nosotros”, dice un miembro del Gobierno autonómico.

Objetivo: Pedro Sánchez

En el discurso público del presidente Moreno, dentro y fuera del Parlamento, queda claro que el leit motiv de su campaña electoral tiene un nombre propio: Pedro Sánchez. Los populares andaluces presentan los próximos comicios como una suerte de plebiscito contra el presidente del Gobierno y su “maltrato constante” a Andalucía, personalizada en la figura de Montero, líder de la oposición fuera del Parlamento.

La cesión al independentismo catalán, la ruptura del principio de igualdad, la amnistía, los indultos, la condonación de la deuda –rechazada este jueves por la Cámara, con los votos de PP y Vox– el pacto con Junts para la delegación de las competencias sobre inmigración, el déficit de inversiones estatales en Andalucía...

Pedro Sánchez, Pedro Sánchez, Pedro Sánchez repite una y otra vez Moreno, no sólo para contrarrestar las críticas del PSOE andaluz, sino del resto de grupos: Por Andalucía, Adelante Andalucía e incluso Vox. “Ustedes le hacen el juego permanente a Sánchez”, le ha soltado al grupo ultraderechista. “Usted es Sánchez, aunque se vista con otra camiseta”, le ha dicho al portavoz del partido de Teresa Rodríguez. “A usted le aplaude la bancada socialista, o sea que usted es de Sánchez”, le ha replicado a la portavoz de Por Andalucía.

Para rematar con su diatriba contra la bancada del PSOE. “A más Sánchez, menos Andalucía. El PSOE andaluz ha decidido inmolarse con Sánchez. Cada vez que respaldan sus políticas de desigualdad, hunden sus opciones electorales”, ha asegurado, en respuesta a la pregunta del portavoz del PP. No todo el Parlamento respira las urnas, pero el diario de sesiones ya empieza a recoger tambores de guerra. Y faltan muchos meses. Y muchas encuestas.

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