Se llama La Terrona y es la encina más grande y antigua de España

En el municipio de Zarza de Montánchez, se alza imponente la Encina La Terrona, un árbol que ha desafiado el paso del tiempo y se erige como símbolo de la riqueza natural de la región. Con una edad estimada de entre 700 y 800 años, esta encina es considerada la más grande de la península ibérica y, posiblemente, de Europa. Su majestuosidad y longevidad la han convertido en un referente natural y cultural, atrayendo a visitantes y estudiosos de diversas partes del mundo.

Las dimensiones de La Terrona son verdaderamente impresionantes. Su tronco presenta un perímetro de 7,80 metros y la altura del árbol es de 16,50 metros, y su copa, ancha e irregular debido a las podas realizadas. Estas características la convierten en un ejemplar único, destacando no solo por su tamaño, sino también por su belleza estructural y su importancia ecológica.

La encina se encuentra en la finca La Dehesa, en el paraje conocido como Cordel de la Cumbre, dentro del término municipal de Zarza de Montánchez. Este entorno, típico de la dehesa extremeña, está compuesto por pastos y otras encinas, conformando un auténtico museo natural al aire libre. La dehesa es un ecosistema característico de Extremadura, donde la encina es el árbol predominante. 

Un símbolo de identidad local

La Encina La Terrona no solo es un referente natural, sino también cultural para los habitantes de Zarza de Montánchez. Cada Sábado Santo, la comunidad celebra una festividad en su honor, resaltando la importancia de este árbol en la identidad local. 

Esta celebración es una muestra del profundo vínculo entre la población y su entorno natural, y refleja el respeto y la admiración que sienten por este majestuoso ejemplar. La festividad incluye diversas actividades culturales y recreativas que buscan promover la conservación del árbol y la educación ambiental entre los asistentes.

Acceso y atractivos cercanos

Llegar a la Encina La Terrona es una experiencia que combina naturaleza e historia. El camino hacia la encina discurre por antiguas calzadas romanas, dehesas graníticas y parajes de singular belleza. Recién salidos de Zarza de Montánchez, los visitantes pueden apreciar la existencia de restos romanos, como un puente de tres ojos situado sobre el río Tamuja, que añade un atractivo histórico al recorrido. 

El entorno de la encina ofrece también la posibilidad de disfrutar de la flora más representativa de la zona, como la jara blanca o los narcisos, dependiendo de la estación del año. Además, es común avistar diversas especies de avifauna, como el águila calzada, el milano real, el alcaudón común, la abubilla, el rabilargo, el herrerillo común o el verdecillo, lo que enriquece aún más la experiencia de la visita.

Protección y conservación

La relevancia de la Encina La Terrona ha sido reconocida oficialmente al ser declarada “Árbol Singular de Extremadura”. Esta distinción garantiza su protección legal, prohibiendo cualquier acción que pueda dañarla y asegurando su conservación para las generaciones futuras. 

Además, la comunidad local participa activamente en su cuidado, demostrando un compromiso colectivo con la preservación de este patrimonio natural. En noviembre de 1997, una tormenta provocó el desgaje de una gran rama, lo que debilitó al árbol. Desde entonces, se han implementado medidas de conservación, como el uso de muletas de acero para sostener su copa y evitar su desplome, asegurando así su estabilidad y supervivencia.

La Encina La Terrona es más que un árbol monumental; es un testimonio vivo de la historia y la biodiversidad de Extremadura. Su presencia milenaria y su imponente porte invitan a la reflexión sobre la importancia de conservar nuestros recursos naturales y culturales. 

Visitarla es adentrarse en un espacio donde la naturaleza y la historia se entrelazan, ofreciendo una experiencia enriquecedora y única para todos aquellos que buscan conectar con la esencia de la tierra extremeña.