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Cabreo vecinal por dos obras de Almeida en el corazón de Madrid: “Nos ocultaron los proyectos, no han consensuado nada”

Entorno de la plazuela planteada en el cruce de las calles Conde de Romanones y Concepción Jerónima

Diego Casado

Madrid —
25 de marzo de 2025 22:05 h

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El pasado mes de enero arrancó la primera de las obras prometidas por el alcalde Almeida durante su última campaña electoral para el centro de Madrid: la reforma de la plaza de Tirso de Molina y las calles de su entorno. A estos trabajos seguirán los de la cercana Jacinto Benavente, en una revolución urbanística de esta zona aledaña a la Puerta del Sol, actualmente con muchos problemas de accesibilidad.

Los obreros empezaron a levantar las calles sin que los vecinos del entorno supieran qué iba a hacer exactamente el Ayuntamiento de Madrid en sus aceras y calzadas. Tan solo habían conocido una nota de prensa genérica en la que se hablaba de “reordenar el espacio” y poner más plantas, que estaba acompañada de unas recreaciones poco creíbles. La sorpresa ha llegado después, cuando conocieron los detalles de un proyecto (adelantado hace unos días por Somos Lavapiés) que incluye muchos elementos con los que no están de acuerdo.

El cabreo ha llegado hasta el área de Obras y Equipamientos, responsable de los trabajos, que recibió hace unos días a los representantes de una veintena de comunidades de propietarios situadas en las calles de Conde de Romanones, Doctor Cortezo, Tirso de Molina y Atocha, donde viven más de un millar de residentes. En el encuentro, los vecinos exigieron el estudio de movilidad previo a este proyecto, porque temen que los cambios en las cabeceras de los autobuses y una posible modificación en las entradas al parking de Jacinto Benavente llene sus calles de tráfico rodado.

“Hasta el momento no hemos tenido acceso a esta información”, lamentan sobre el “secretismo” municipal. “Nos ocultaron los proyectos, no hubo ni información previa ni han consensuado nada con los vecinos”, denuncian mientras aseguran que podrían ejecutar nuevas peatonalizaciones de calles al sur de la plaza de Benavente que también pueden acabar afectando al entorno. En su opinión, tanto las calles Conde de Romanones como Doctor Cortezo “deberían ser peatonales”. En el caso de esta última, eje natural que continuaría el itinerario sin coches desde la calle Carretas, se producen aglomeraciones de personas todos los días en sus estrechas aceras por las entradas y salidas de los cines y teatros a los que da servicio.

Los planes del Ayuntamiento, sin embargo, pasan según los vecinos por dejar el único acceso al parking de Jacinto Benavente a través de Doctor Cortezo: “Esta decisión generará, inevitablemente, un embotellamiento constante en todas las calles colindantes que sólo son de una vía unidireccional” y aumentará el tráfico en Conde de Romanones, Tirso de Molina y la propia Doctor Cortezo, aseguran los representantes vecinales, en conversación con este periódico.

Tampoco están de acuerdo los vecinos con los cambios en las paradas de autobús. En los planos del proyecto hechos públicos por Somos Lavapiés aparecen dos nuevas en Conde de Romanones, que los vecinos creen que “pueden generar congestión” y “aumentar la contaminación acústica”, además de dificultar el paso de las patrullas policiales que operan con frecuencia en la zona. En su lugar, proponen llevar el estacionamiento de buses a la calle Duque de Rivas, “que ya es de por sí una calle sobredimensionada”.

Los bancos de la polémica

Otro de los caballos de batalla vecinales son los bancos previstos en la reforma, que quieren minimizar. En concreto el banco corrido de granito planificado en la plazuela que se crea donde se juntan las calles Conde de Romanones y Concepción Jerónima. Los vecinos advierten que solo servirían para “el asentamiento de narcotraficantes” que actualmente ocupan la plaza de Tirso de Molina, así como para los asiduos de un nuevo afterhours cercano o personas sinhogar. Los residentes proponen no colocar asientos en una primera fase, mientras persista la inseguridad de la zona, y que se puedan colocar “en un futuro no muy lejano, para que todo el mundo pueda disfrutarlos sin miedo”.

El miedo vecinal ha crecido en los últimos tiempos en esta zona del centro de Madrid por -aseguran- los trapicheos de drogas, robos, hurtos y las amenazas constantes que sufren por parte de personas que pueblan Tirso. El hecho más grave relacionado con la seguridad fue el asesinato de la dependienta de una tienda de ropa en la propia plaza, hace menos de dos años. “Aquí no hay quien viva, aquí no hay quien duerma, aquí no hay quien descanse”, denunciaban entonces en declaraciones a este periódico.

“Que desaparecieran los arbustos mejoró la situación, porque les servían para esconder ahí la droga”, aseguran sobre las áridas jardineras de Tirso de Molina, donde un fallo en el sistema de riego dejó sin plantas estos elementos.

Por ello quieren evitar otra de las reformas previstas en este proyecto: el de la creación de “fondos de saco” en la plazuela de Conde de Romanones, que pueden facilitar intercambios de droga, además de convertirse en “meódromos” por los recovecos que crean. “La reforma deber contemplar un diseño totalmente abierto que desincentive estas situaciones, promoviendo un uso cívico del espacio público”, han trasladado al Ayuntamiento.

Los vecinos sí que valoran algunas mejoras del proyecto, como la desaparición de estos espacios ocultos en los cambios previstos en Tirso de Molina, así como el esfuerzo en la plantación de nuevos árboles, la ampliación de algunas aceras o el soterramiento de una isla de contenedores de reciclaje.

Entre las demandas trasladadas al Ayuntamiento, los residentes reclaman la instalación de cámaras de vigilancia y mayor presencia policial, mejorar la iluminación y permitir mayor ocupación del espacio público por parte de terrazas de hostelería y de puestos de flores. También piden un mayor control de las licorerías 24 horas que operan bajo la apariencia de tiendas de alimentación.

Todas estas cuestiones se las han trasladado las comunidades de propietarios al área de Obras del Ayuntamiento de Madrid y al concejal de Centro, aunque aún no han obtenido respuestas satisfactorias, según explican a este periódico. Por ello, se proponen visibilizar su enfado en las calles y valoran diferentes acciones de protesta. Por el momento, están reuniendo contactos de más comunidades y negocios afectados en el email vecinoscentrotirso@gmail.com.

El Ayuntamiento de Madrid ha escuchado las quejas vecinales, aunque aún no ha anunciado cambios. Desde el área de Obras solo explican que se han reunido recientemente con vecinos, comerciantes, teatros y otros negocios de la zona. “Se escuchó con interés sus sugerencias, que se tendrán en cuenta siempre que sea técnicamente posible, tal y como se les trasladó en dicha reunión”, indica un portavoz municipal a las preguntas de este medio.

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