La “ley de la selva” de los tuk tuks: vecinos e incluso operadoras piden a Almeida regularlos y prohibir su uso como taxis

Los tuk tuks se han convertido en un elemento más del (sobrecargado) paisaje del centro de Madrid. Estos triciclos motorizados de origen asiático se han extendido casi sin que el peatón ocasional lo perciba, hasta que provocan un atasco o cogen una curva a una velocidad inusitada. Su novedad les ha permitido asentarse y proliferar sin una regulación específica en la capital. Pero la acumulación de ciertas problemáticas ha hecho que las miradas de la administración, azuzada por la oposición, se dirijan a estos vehículos.
Víctor Rey, presidente de la Asociación Sol y Letras (que agrupa a vecinos del distrito Centro), cuenta a este periódico la inquietud que estos tuk tuks generan en el barrio: “Las molestias en ciertas calles del Barrio de las Letras y en el de Palacio son amplias y conocidas. Llevamos años soportando un modelo que no es nada agradable y que está fuera de control. Causa un auténtico caos en la circulación, sobre todo en calles estrechas que ya de por sí tienen un gran nivel de tráfico”.
Resalta el caso de Huertas, “una calle peatonal que se utiliza como punto de recogida o ruta que atraviesan constantemente”. Dice que lo hacen “docenas al día, a veces en grupos de tres o cuatro vehículos en hilera”. Para este vecino, los tuk tuks “siembran el caos y ralentizan la movilidad de peatones y vehículos en una zona de por sí congestionada”. Y apunta a un responsable directo, el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida: “La mano libre que ha tenido hasta ahora el Ayuntamiento no puede seguir, hace falta un control”.
Describe “un vacío legal en el que cabe de todo y se producen auténticas barbaridades”. Destaca un ejemplo más, el de la calle Atocha con la calle del León: “Muchos tuk tuks se paran y colapsan tanto el tráfico como los accesos. Es una zona que no está preparada para este tipo de actividades”. La plaza de Santa Ana o la calle del Príncipe son otras de las más conflictivas, según este relato.
Visitar una ciudad con un bicho de estos en vez de a pie es una aberración. No se nos ocurriría en Berlín, París o Londres... Aquí vale todo con tal de que siga la industria del ocio, sin importar los vecinos, todo sea por este parque temático en el que Madrid se ha convertido"
Para Víctor la tendencia ilustra además un tipo de turismo fast food que no aporta beneficios al barrio: “Visitar una ciudad con un bicho de estos en vez de a pie es una aberración. No se nos ocurriría aplicarlo en Berlín, París o Londres... Aquí vale todo con tal de que siga la industria del ocio, sin importar los vecinos, todo sea por este parque temático en el que Madrid se ha convertido”.
Es por ello que desde Sol y Letras exigen el requerimiento municipal de “licencias que dan seguridad y contemplan qué rutas pueden utilizar, limitando la velocidad y el acceso a calles prohibidas, igual que un coche”. Víctor opina que de momento “se ha hecho la vista gorda en aras de la sacrosanta industria turística”. Y añade: “También nos preocupan las características técnicas de estos vehículos dadas las velocidades que alcanzan. Hasta ahora esto es la ley de la selva”.
Los tuk tuks, a la espera de licencias, tasas y hasta definición
La discusión sobre una legislación específica para los tuk tuks saltó al seno de Cibeles en enero, durante la última Comisión de Hacienda, Economía e Innovación. La portavoz de Más Madrid, Esther Gómez, preguntó a Engracia Hidalgo (concejala delegada del ramo) acerca de una regulación propia en materia impositiva para estos vehículos motorizados. Hidalgo aludió a “un trabajo previo de evaluación que debido a su complejidad todavía se está desarrollando”.
Para Gómez, este transporte “genera multitud de dudas sobre los márgenes legales que están utilizando para prestar sus servicios”, aunque su intervención no se centró tanto en los efectos sobre movilidad o su utilización “irregular” para traslado de viajeros. La edil del principal partido de la oposición denunció un “uso de un espacio público para la realización de una actividad económica que les está saliendo gratis al no estar afectados por tributos municipales”. Lo definió como una “actitud discriminatoria” frente a las tasas que afrontan puestos de prensa o de helados, rodajes, los propios taxis o cualquier negocio callejero en general. Un contexto impositivo que, afirma Gómez, sí existe en otras ciudades como Barcelona o Sevilla.
La concejala delegada de Hacienda aseveró que “antes de hablar de tasas y contribuciones hay que tener regulado el marco normativo en el que se desarrolla esta actividad”. Apuntó para ello diversos aspectos que están siendo analizados desde el área de Cultura y Turismo que dirige Marta Rivera de la Cruz.
Así, Hidalgo hizo referencia al estudio de una posible “licencia municipal, un régimen tarifario, la clasificación adecuada de los vehículos, seguros de responsabilidad limitada, acreditación para guías turísticos, sistemas de seguridad para usuarios jóvenes...”. Desde la cartera municipal de Cultura y Turismo confirman el análisis previo en declaraciones a este diario: “Se está trabajando en una ordenación de este servicio desde distintas áreas del Ayuntamiento”, sin concretar más detalles hasta la fecha.
En cualquier caso, Hidalgo considera imprescindible modificar previamente la legislación autonómica y la estatal. “Se está instando a la Comunidad de Madrid a modificar el artículo 35 de la Ley de Ordenación del Turismo para que incluya una definición de los tuk tuks”, dijo la edil. En el área de Cultura y Turismo del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso indican a este medio que “la modificación de la ley se abordará en corto-medio plazo y que se estudiarán las peticiones”. Aclaran eso sí que “las competencias en movilidad y licencias de actividad son municipales”.
Falta de profesionalización y agravio comparativo con otras ciudades
Desde la dirección corporativa de Eco Tuk Tuk, una de las principales operadoras de la capital, desgranan su posición en declaraciones a Somos Madrid: “En este sector se están captando clientes de la calle, que no es legal. Nosotros solo trabajamos bajo reserva en todas las ciudades donde ofrecemos el servicio: Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y Lisboa. Cuando llegamos solo había seis o siete vehículos en toda la ciudad. Nosotros apostamos por la profesionalización”. Actualmente cuentan con 100 vehículos en cartera, sin concretar cuantos de ellos se desplazan por Madrid. “Somos la única empresa del sector con contratos laborales para toda su plantilla”, apostillan.
Presumen de que “Eco Tuk Tuk cumple con la legislación para este tipo de tours” y, por ello, “lo que quiere hacer el Ayuntamiento lo vemos bien, ya que no todas las empresas del sector están actuando correctamente”. Especifica que “hacer de taxi o captar en la calle son intrusiones en ese sector y en el de los vehículos de transporte con conductor”. “Por nuestra parte celebramos reuniones con las asociaciones y gremiales del taxi en todas las ciudades donde hemos trabajado”, aseguran desde Eco Tuk Tuk, y remarcan que “cuando los vehículos no operan, se quedan en la base”.
Preguntado acerca de si esta problemática es exclusiva de Madrid, desde Eco Tuk Tuk afirman que en el resto de ciudades donde operan “no dejan captar en la calle”. La otra excepción es Lisboa, donde solo está permitido en paradas delimitadas por el propio Ayuntamiento (e incluso esa opción va a ser eliminada por el consistorio de la capital portuguesa).
En cuanto a las exigencias en materia impositiva o de licencias, defienden que siempre han cumplido con sus obligaciones: “Pagamos todas las tasas de esta actividad, desde el impuesto de actividades hasta seguros de todo tipo. Contamos además con firmes reglas internas de la compañía, por ejemplo un plan de igualdad”. Para la empresa “que haya una regulación nos parece buenísimo, lo que queremos es que la competencia trabaje bien para que el sector no esté mal visto por causar molestias, tráfico, ruido y lo que provoca la captación en la calle”. En su opinión, “la regulación mejora la competencia sana, nuestras empresas, el ayuntamiento y la ciudad”.
De momento, y según enumeró la propia Engracia Hidalgo en la comisión de enero, estas obligaciones normativas se limitan al registro de los tuk tuks en la Jefatura Provincial de Tráfico para obtener el permiso de circulación, el pago del impuesto de matriculación estatal y el impuesto municipal sobre los vehículos de tracción mecánica.
Un modelo de turismo superficial en auge
Los responsables de Eco Tuk Tuk exponen los motivos de su apuesta por este incipiente formato turístico: “Vimos que era un negocio que estaba yendo muy bien en Portugal, donde se comentó a implantar en 2014, unos cuatro años antes que aquí. Más tarde, el covid fue un impulso porque hizo que mucha gente no quisiera pegarse a otras personas y prefiriera estar en familia, aunque esta tendencia va en descenso”.
Otra clave de la proliferación de este transporte estaría en “el auge de los tours privados frente al autobús turístico, formatos en los que el conductor te cuenta la ciudad con más cercanía que una audioguía”. En la compañía precisan, eso sí, la formación de sus trabajadores: “Nuestros conductores no son guías turísticos. Los clientes pasan pocos minutos en cada sitio, pero es ideal para quienes vienen a conocer las ciudades rápidamente. Pueden recorrerla en unas tres o cuatro horas para luego profundizar con tours privados en las zonas que más les interesen, o ir a los restaurantes que vean por el camino y les llamen la atención”.
Para la Asociación Sol y Letras, este es otro punto delicado. A los residentes les escama el fundamento o la veracidad de la información que se da en estos recorridos: “La profesionalidad de estas personas nos preocupan también, no creemos que tengan títulos de guías turísticos [un aspecto que confirman en Eco Tuk Tuk]. Esto repercute en un deterioro de la calidad de la industria turística y de su oferta”. Víctor Rey menciona las “explicaciones para echarse a temblar” que los conductores de estos vehículos dan en la Casa de Cervantes, edificio de la calle del León donde murió el legendario autor de El Quijote: “Para los tuk tuks es un punto de parada obligatoria, pero hablan de cosas que desconocen y mezclan sin ningún fundamento nociones que no corresponden con la verdad histórica de este barrio ni con la del Siglo de Oro”.
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